La enorme repercusión que ha tenido la última entrevista de la hija de Isabel Pantoja ha conseguido abrumar hasta a la propia Isa Pi. No es la primera vez que expresa sus sentimientos, pero sí de una manera tan convincente que ha llegado al corazón de la audiencia. En esta última ocasión lo ha hecho de una manera más directa.
Es el relato de una niña adoptada que ve como hay miembros de su nueva familia que no encajan que no lleve su sangre. Esos desplantes y ese sentirse de segunda división ha conmocionado a muchas más personas de las que la propia protagonista hubiera imaginado. Y digo que no es la primera vez que habla de estos recuerdos de infancia y adolescencia, pero si la primera que lo hace desde la serenidad, la madurez y la experiencia de ser ella también madre.
A pesar de la que se ha liado, como era de imaginar, hasta el momento no ha habido ninguna reacción de Isabel Pantoja, quien sigue sumida en un silencio sepulcral desde hace demasiados años. La tonadillera, que esta semana ha pasado por Madrid por temas relacionados con su salud, prefiere vivir entre los muros de Cantora y no afrontar situaciones tan graves y delicadas, como la que ha generado las últimas declaraciones de su hija.
Pero si hay algo que Isa Pi tiene claro es que también sabe poner el freno a lo que realmente le afecta. Sus lágrimas y su testimonio tuvieron el respaldo de la audiencia de televisión y evidentemente eso ha supuesto que recibiera más ofertas para seguir retransmitiendo su historia en un plató de televisión. Sobra decir que las cifras que se barajan son mucho más altas de lo que se estaban negociando en los últimos tiempos, pero ni siquiera el móvil económico ha sido suficiente convincente como para que quiera repetir y hacer de su historia otro culebrón con continuidad al más puro estilo Carmen Borrego y su hijo.
Isa pone sus límites o línea rojas y prefiere encajar desde su silencio la repercusión de todo lo que ha vivido estos días que seguir dando juego a las audiencias. Ella no estará este viernes en Telecinco, pero sí lo hará quien ha sido su cuidadora desde el minuto uno, Dulce Lapiedra, que está dispuesta a llegar más allá de donde ha querido ir "su niña". Evidentemente, no es lo mismo, ni será tan empática como Isa, pero ahí está ella dispuesta a recordar o revivir muchos momentos de esa infancia y esos desaires que se vivieron de puertas para dentro y que ahora todo suena casi a película de terror.
Quien de momento ni está ni se le espera es Kiko Rivera, quien también se ha convertido en el protagonista de este drama basado en una historia real. Tan mal parado ha quedado por los manguerazos y duchas "purificadoras" que le daba a su hermana que hasta ha tenido que salir a defenderle su mujer Irene Rosales. Todo para decir que todo lo que hacía su marido era porque obedecía órdenes y para intentar dejarle de buen hermano al más puro estilo blanqueamiento de imagen en 23 horas. Irene lo intenta pero poco tiene que hacer después de leer los últimos mensajes del DJ cuando simplemente ponía la definición de "victimismo" en sus redes sociales en clara ilusión a lo que su hermana contaba.
En el caso de Isa, lo cierto es que si bien es verdad que ha callado muchas cosas de sus vivencias que ahora podría recordar desde el rencor, su decisión es intentar recuperar la tranquilidad, seguir estudiando las dos asignaturas de la carrera de Derecho de las que se han matriculado este curso y cumplir con sus obligaciones semanales en el programa Vamos a ver. Es consciente que todo lo que ha contado ha motivado que ahora hasta se cuestione el proceso de adopción de su madre en Perú y es por ahí, precisamente por donde no quiere pasar.
Isa no quiere remover capítulos que finalmente solamente le pueden hacer más daño como tampoco quiere saber nada de su madre biológica quien pasó por España hace apenas tres meses, pero no consiguió que ninguna productora le lanzara una oferta. Hoy el panorama es algo distinto y no se descarta que lo intente de nuevo a pesar de que su hija biológica sigue sin querer ni tan siquiera conocerla. A pesar de todo y de su triste relato de hija que no se siente aceptada ni querida, considera que solo tiene una madre y se llama Isabel Pantoja.
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