Silvia Bronchalo cuenta cómo ha sido la primera semana de Daniel Sancho en la prisión de Surat Thani: "Está aislado con otras 14 personas"

La ex de Rodolfo Sancho continúa en Tailandia, donde viajó el pasado 28 de agosto para conocer in situ la sentencia de su hijo Daniel Sancho, condenado finalmente a cadena perpetua por el asesinato premeditado y descuartizamiento de Edwin Arrieta. El chef, que llevaba un año en la prisión preventiva de Koh Samui, fue inmediatamente trasladado a Surat Thani y aquí ha recibido, este miércoles, la visita de su madre. Ha sido la segunda y mucho más amable que la primera, donde ambos acabaron tensos y sumidos en llanto. A las puertas de la cárcel, la gestora ha sorprendido con un radical cambio de actitud y ha respondido a las preguntas de la Agencia EFE.

"Daniel está fuerte y está donde está, pero está bien", ha dicho tranquila y resignada. "Le vi el viernes y este miércoles. Me han comprimido las visitas porque es una semanal", ha explicado. Bronchalo ha desvelado cómo son las condiciones de Daniel en esta nueva prisión, la segunda más grande y temible de Tailandia: "Hay más gente, más presos de otro tipo... pero él, de momento, está en periodo de adaptación". Un periodo en el que está acompañado por otros reos en sus circunstancias: "Está en un módulo de aislamiento con 14 personas más y después los clasifican en función de la condena o de lo que hayan hecho". Antes de marcharse, Silvia le ha dado un consejo a su hijo: "Que sea un fantasma, que pase desapercibido".

La prisión de Surat Thani alberga a 5.400 presos, más del doble de su capacidad. Como todas las cárceles en Tailandia, está saturada. Alberga a unos 20 presos por celda, que duermen en el suelo y solo reciben dos cuencos de comida al día: uno de arroz y otro de caldo. A veces, carne en mal estado.

Conflicto entre madre e hijo

Silvia se mantiene cerca de Daniel a pesar del distanciamiento que existe entre ambos y que comenzó el pasado mes de abril, cuando el joven otorgó poderes a su padre, Rodolfo, para que se hiciera cargo de su defensa. Una defensa con la que su madre no estaba de acuerdo y que trató de recuperar a través de una petición a la Corte que le fue denegada. Con dolor, Silvia aceptó la decisión de su hijo y se mantuvo al margen del trabajo del abogado español García Montes y compañía, que ha desembocado en una cadena perpetua que piensan recurrir aunque, según los expertos en legislación tailandesa, con pocas esperanzas de que prospere.

Las cosas se complicaron en mayo, cuando Silvia interpuso una demanda contra Rodolfo por insultos y vejaciones. Fue desestimada y archivada, pero ella no está dispuesta a abandonar su lucha y ha contratado nuevos abogados con los que recurrir en una instancia superior. Así se lo hizo saber a Daniel el pasado viernes, en su primera visita a Surat Thani, y él, que acababa de enterarse de esta batalla paralela entre sus padres, no se lo tomó nada bien. Más allá del dolor de un hijo de ver a sus padres enfrentados, cree que esta batalla puede perjudicar su futuro judicial y pidió a su madre que lo dejara estar pero ella se ha negado.

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