Casi 10 meses después de que Shakira llegara a un pacto con Hacienda para evitar ir a juicio, la cantante colombiana ha sorprendido con una carta en la que cuenta su encrucijada con la Agencia Tributaria. También vuelve a hablar de Gerard Piqué, el padre de sus hijos, y del "machismo estructural" al que se enfrentó, según ella.
La artista publica el texto este miércoles, 4 de septiembre, en El Mundo. "En 2023 viví rodeada de cámaras que esperaban ansiosamente mostrarle al mundo cómo me quebraba. Nadie se perdió detalle: el juicio de Hacienda, el divorcio mediático... era un espectáculo demasiado jugoso para dejarlo pasar. Pero lo más frustrante fue comprobar que una institución del Estado parecía más interesada en quemarme públicamente en la hoguera que en escuchar mis razones. Pues bien, creo ha llegado el momento de darlas", lamenta la madre de Milan y Sasha al inicio de su carta.
Shakira culpa a la Agencia Tributaria tras reconocer que defraudó 14,5 millones de euros para evitar un juicio y no ir a la cárcel: "Desde el principio supe que el artificioso relato de la Agencia Tributaria confundía y manipulaba dos intenciones completamente diferentes: una era el deseo de establecerse en un país y otra, muy distinta, el deseo de que prosperara una relación que se desarrollaba en ese país. Cambiaban lo uno por lo otro para convertirme así en residente fiscal desde 2011 y crear unas obligaciones que no existían. Ahora comprendo, porque lo viví en carne propia, que una institución creada para el servicio de los ciudadanos no debería utilizar todo su poder y recursos para criminalizar caprichosamente a quien le conviene, pero todo el mundo sabe que el romance se vende bien".
Así las cosas, se agarra a que pusieron el foco en ella por su relación con Gerard Piqué y pone el foco en el "machismo estructural" al que se sintió sometida: "En 2011 yo deseaba que prosperara mi relación con Gerard Piqué, que en ese momento estaba atado a España por motivos laborales, pero viajar a España me generaba muchísimas complicaciones, porque me forzaba a estar lejos de mis centros de actividad laboral. Siempre que regresaba, lo hacía para que prosperara esa relación, no por 'vocación de permanencia'. Una estrategia en la que además subyace un prejuicio machista. Si el cantante hubiera sido un hombre estadounidense, se hubiera enamorado de una española y la visitara regularmente, me cuesta creer que la Agencia Tributaria hubiera considerado que tenía una intención de arraigo. Hay un machismo estructural que da por descontado que una mujer solo puede seguir a un hombre, incluso cuando no le conviene. Un machismo que sobrevive en sectores de la burocracia estatal en una sociedad que -por suerte- ya piensa muy distinto".
Shakira defiende su inocencia y una vez más carga contra los funcionarios del Estado: "Algunos técnicos de la Agencia Tributaria española presentaron un relato infantil y moralista en el que yo era una cantante que evitaba cumplir con sus obligaciones fiscales y ellos los representantes de la justicia y la decencia".
En este sentido, lamentó: "La realidad era muy distinta: yo cumplí siempre con mis obligaciones. Mis finanzas fueron investigadas por instituciones tan poco sospechosas como la Casa Blanca o el IRS y aprobadas por otros países de la Unión Europea, y en todo ese tiempo nunca encontraron ni la menor seña de ilegalidad, mientras que un director general de inspección de la Agencia Tributaria española se permitió criminalizarme en un programa de la televisión antes incluso de que se celebrara el juicio. ¿Acaso se puede confiar que una institución va a respetar nuestra presunción de inocencia cuando nos condena públicamente antes de la sentencia?".
Shakira, que todavía tiene pendiente una causa por el ejercicio de 2011 que considera "escandalosa", también denuncia: "Si se suman todas las cantidades de lo que pagué voluntariamente y las multas injustificadas, se verá que el Estado español se quedó con una suma superior a la totalidad de mis ganancias de esos años".
La cantante también explica el motivo por el que ha contado esto ahora: "Habrá quien se pregunte por qué me molesto en hacer estas declaraciones ahora. El primer motivo son mis hijos. Nos ha tocado vivir en una época marcada por un tono de prepotencia del Estado, pero no es lo mismo avasallar que dar razones. No es lo mismo amedrentar que convencer a la gente. Si quieren que creamos en las instituciones, deberían convencernos de que las instituciones creen en nosotros. Las cosas no se solucionan quemando en la hoguera a una figura pública al año como si se tratara de un proceso de la Inquisición para así recuperar el prestigio perdido".
En este sentido, Shakira añade: "A mis hijos quiero dejarles el legado de una mujer que expuso sus razones con calma y en sus propios tiempos, cuando ella lo consideró necesario, no cuando la obligaron a hacerlo. Necesito que sepan que tomé las decisiones que tomé para protegerles, para estar a su lado y seguir con mi vida. No por cobardía ni por culpabilidad. Quiero que entiendan que mi amor por España y mis queridos amigos y familiares españoles aún perdura, pero no todo es igual. A veces el compromiso con la verdad es más importante que la comodidad propia. Si en ese momento tomé la decisión de pactar por mis hijos, en este tomo la de hablar, porque es la que me pide mi conciencia".
La artista titula esta carta 'Contarla para vivir': "Mi querido amigo Gabriel García Márquez, a quien tanto echo de menos, tituló sus memorias Vivir para contarla. La literatura era tan importante para él, que pensaba que vivía para poder contar. Pues bien, de una manera parecida yo 'la cuento para vivir', para poder recuperar mi vida, para que nadie escriba mi relato por mí. Igual que con mis canciones, canto para volver a vivir tranquila, para pasar página".
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