Una celebración, una queja y dos agentes de policía dando un toque de atención a la comitiva fiestera. Así terminó la última velada de Georgina Rodríguez en La Finca, la lujosa urbanización madrileña en la que Cristiano Ronaldo conserva su casa pese a su mudanza a los Emiratos Árabes hace ya dos años. La de Jaca acudió al cumpleaños de una íntima amiga, que había reservado una cena en uno de los exclusivos restaurantes de la zona y contratado a Leticia Sabater para amenizar la velada.
La artista, conocida por sus letras descaradas y sus bailes de dos rombos, se vino arriba y lo dio todo en una actuación privada en la que recogió los últimos éxitos de su carrera: La Salchipapa, Toma pepinazo, Mr. Policeman, Trínchame el pavo, Barbacoa al Punto G... El grupo de Gio disfrutó de lo lindo y se unió a la fiesta ante la sorpresa del resto de comensales, que no daba crédito a lo que sucedía. "La liaron de una manera que no se podía permitir, un sitio bastante caro donde nosotros solemos ir con la familia", dijo uno de los testigos.
Las reiteradas llamadas de atención al grupo fueron ignoradas y los comensales, incómodos, llamaron a la policía, que se personó en el local, según ha contado el periodista Javier de Hoyo en Ni que fuéramos shhh. Una vez allí, los agentes pidieron a Sabater que interrumpiera el espectáculo hasta que se despejara el restaurante para evitar un enfrentamiento mayor. "Tuvo que venir la policía porque no paraban, no me imaginaba ver a Georgina así, de Leticia me sorprende menos, pero ¿Georgina?", afirmaron.
