Scarlett Johansson está profundamente indignada con OpenAI, la conocida empresa de investigación y despliegue de inteligencia artificial. En un comunicado, la actriz de 39 años ha asegurado que Sam Altman, el director ejecutivo de la compañía, la quería contratar como voz de ChatGPT pero, tras su negativa, se terminó topando para su sorpresa con una voz muy similar a la suya.
"El pasado mes de septiembre, recibí una oferta de Sam Altman, que quería contratarme para poner voz al actual sistema ChatGPT 4.0. Me dijo que creía que si yo ponía voz al sistema, podría tender un puente entre las empresas tecnológicas y los creadores y ayudar a los consumidores a sentirse cómodos con el cambio sísmico en relación con los humanos y la inteligencia artificial", ha explicado la protagonista de Historia de un matrimonio. "Me dijo que creía que mi voz reconfortaría a la gente", ha recalcado.
Ha continuación, ha relatado: "Tras pensarlo mucho y por motivos personales, decliné la oferta. Nueve meses después, mis amigos, mi familia y el público en general notaron lo mucho que se parecía a mí el nuevo sistema llamado Sky".
De esta forma, denuncia que la voz de Sky se parece a la que ella misma interpretó en la película Her, cinta de 2013 en la que el protagonista se enamora de uno de estos sistemas automáticos. "Cuando escuché la demostración, me quedé estupefacta, furiosa e incrédula de que el Sr. Altman buscara una voz que sonaba tan extrañamente parecida a la mía que ni mis amigos más cercanos ni los medios de comunicación podían notar la diferencia".
Además, lamenta que Altman "incluso insinuara que el parecido era intencionado, tuiteando una sola palabra her, una referencia a la película".
Cabe destacar que este lunes, antes del comunicado de la actriz, OpenAI anunció que iba a "pausar" el uso de la voz Sky. Señalaron, no obstante, que no recurrieron a la voz de la afamada actriz sino que pertenece a la de otra intérprete profesional que contrataron y cuya identidad no desvelaron.
Ante esto, Johansson ha explicado que la compañía retiró la voz no por su propia voluntad, sino después de que ella y su equipo legal se pusieran en contacto con los responsables: "Como consecuencia de sus acciones, me vi obligada a contratar a un asesor jurídico, que escribió dos cartas al Sr. Altman y a OpenAl, exponiendo lo que habían hecho y pidiéndoles que detallaran el proceso exacto por el que habían creado la voz Sky. En consecuencia, OpenAl aceptó a regañadientes retirar la voz".
En su misiva, la actriz sentencia con un alegato: "En una época en la que todos nos enfrentamos a los deepfakes y a la protección de nuestra propia imagen, nuestro trabajo y nuestra identidad, creo que estas cuestiones merecen una claridad absoluta. Espero que se resuelvan mediante la transparencia y la aprobación de una legislación adecuada que contribuya a garantizar la protección de los derechos individuales".