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Teresa Urquijo sólo ha hecho esperar al novio 6 minutos: anatomía de una llegada

  • Llegaba a la iglesia de San Francisco de Borja del brazo de su padre y acompañada, ocupándose de su velo, de Victoria López Quesada, hija de Cristina de Borbón Dos Sicilias
  • Estaba algo temblorosa, pero muy sonriente antes de su gran momento

No se ha hecho de rogar ni ha provocado que los nervios de su prometido se desbordaran. Cuando el reloj marcaba tan sólo las 12:06 de la mañana hacía aparición el momento más esperado de la boda, la llegada del coche de la novia.

Su padre, Lucas Urquijo y Fernández-Araoz ha sido el encargado de abrirle la puerta y ofrecerle el brazo para acompañarla hasta el templo, mientras que quien la ha ayudado con su velo ha sido su prima Victoria López Quesada, hija de Cristina de Borbón-Dos Sicilias. La novia no dejaba de sonreír mientras el público la aplaudía, aunque ha preferido evitar las declaraciones, pues su sonrisa de felicidad no ocultaba sin embargo sus nervios antes de entrar en capilla.

Sin duda, Teresa iba radiante con el vestido familiar que en su día llevaron su madre, Beatriz Moreno y de Borbón, y su abuela, la princesa Teresa de Borbón-Dos Sicilias, un legado con 63 años de historia que para la ocasión Teresa ha adaptado a su gusto por el atelier Navascués.

La novia, con la cara cubierta por un velo y peinada con un sencillo recogido, ha brillado con su impresionante cola, mientras que en las manos sostenía un sencillo ramo de flores silvestres y caminaba con paso firme -pero seguro que repleto de nervios hacia el altar- subida a unos discretos zapatos de tacón medio en tono crudo.

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