Es la fotografía que simboliza la unión indisoluble: las manos de Joana Sanz y Dani Alves entrelazadas. Es la imagen que ha compartido la modelo, que transmite su apoyo incondicional al futbolista y que viene a zanjar las especulaciones en torno a su posición tras la puesta en libertad de su marido. Recordemos que el pasado 25 de marzo el brasileño salió de la cárcel de Brians 2, en Barcelona, en libertad provisional tras depositar un millón de euros de fianza después de 14 meses en prisión por un delito de violación.
El tatuaje que se ve en la mano de Alves, escrito con tinta roja, que dice '1+1=1', simboliza la unión indisoluble por encima de las adversidades. Esta foto ha llamado poderosamente la atención porque durante el proceso legal de Alves, Joana permaneció en la casa familiar en Barcelona. Sin embargo, la partida de la canaria antes de la llegada del futbolista levantó rumores de separación. Una ruptura que la propia modelo había deslizado en ocasiones anteriores. Esta foto de Instagram desmiente de forma radical esa separación. De hecho, desde el viernes 29, en Fiesta (Telecinco) se insistía en que el matrimonio se encontraba en su mansión de Esplugues de Llobregat (Barcelona).
Además, el periodista Marc Leiradó, íntimo amigo de Sanz, aseguraba cómo había conseguido el futbolista reunir el millón de euros que necesitaba para cubrir el aval que le había solicitado el juez: "Me consta que ha pagado ese millón gracias a un aval bancario que han pedido con la devolución de Hacienda que le tienen que hacer en los próximos días. Esa es la información contrastada que yo tengo", según ha recogido Europa Press.
