Este martes 13 de febrero Bibiana Fernández cumplió 70 años y lo celebró con una gran fiesta a la que no faltaron su jefa Ana Rosa Quintana, que llegó con su marido, y un montón de compañeros y amigos.
Bibiana lució un impresionante vestido verde. Rodeada de íntimos como Alaska y Mario, Loles León, Rossy de Palma, Marisa Paredes, Julieta Serrano, Topacio Fresh o Pedro Almodóvar, entre muchos otros invitados, Bibi reconoció en sus propias redes que esta cifra tan especial la ha llevado a mirar atrás y a agradecer todo lo que la vida le ha regalado. O, más bien, lo que ella ha ganado a pulso, pues nada ni nadie se lo han puesto fácil en su tortuosa trayectoria.




Nacida en el cuerpo equivocado y con un nombre con el que jamás se identificó, Manuel Fernández Chica llegaba al mundo un frío 13 de febrero en Tánger. Sus padres, malagueños, llevaban ya 17 años de casados cuando la tuvieron, pero cuando ella tenía seis no aguantaron más la convivencia y se separaron. Fue precisamente una noche de Reyes, y ella recuerda con pena que salió de casa llorando agarrada a su padre y con los juguetes fuertemente agarrados en la mano como único consuelo. Su vida empezó a derrumbarse, se fue con su padre a una portería en la que dormían por turnos, pues él trabajaba por las noches como taxista y recogía a las mujeres de los clubes de alterne. Bibi, que ya tenía que lidiar con su propia batalla interior al saber que había nacido en el cuerpo equivocado (ella siempre se sintió una niña) también debía afrontar el duro panorama de tener muchos días que salir a buscar a su padre por los bares de la ciudad cuando no había vuelto a casa. Éste, para más dolor, no le dejaba ver a su madre, pero ella lo hacía a escondidas, algo que le costó engordar varios kilos porque, para que su padre no se enterara, la niña comía con ella y luego en casa de su progenitor volvía a comer. Así, reconoce, llegó a los 12 años con 80 kilos. Un año después decidió huir de aquel hogar roto y se fue a Málaga a estudiar y luchar por ser la mujer que siempre deseó ser.

Pero fue complicado. Y más en una sociedad que todavía no manejaba el concepto 'trans' en su vocabulario y tenía el insulto fácil demasiado cerca de la punta de la lengua. Sin embargo, espabilada y determinada a forjar su destino, enseguida encontró trabajo para salir adelante, primero, haciendo camas en un hotel y vendiendo libros. Luego, poniendo kilómetros de por medio y marchándose a Barcelona, donde le ofrecieron trabajar en el escenario de un cabaret, y empezó a sentirse más aceptada con su cuerpo, que exhibía cada noche en un espectáculo que llenaba la sala de curiosos.
Hizo el servicio militar unos meses porque en su DNI era un hombre
Su meta era ganar todo el dinero que pudiera para operarse y ser más mujer de lo que se sentía por dentro, algo que ni el rechazo que sintió los pocos meses que estuvo haciendo la mili le arrebató.
Sus talentos no tardaron en aflorar y en 1976 debutó en el cine. Fue de la mano de Vicente Aranda, con la película Cambio de sexo. Ahí iniciaría su carrera cinematográfica. La chica Almodóvar en realidad sólo ha estado cuatro veces bajo la dirección de Pedro, pero tiene en su carrera la friolera de 18 largometrajes. Llegó incluso a publicar un disco en 1980 llamado Bibi Andersen, con éxitos como Call me Lady Champagne o Sálvame.

La actriz, presentadora y contertulia televisiva, que por fin en 1991 consiguió viajar a Londres y practicarse una vaginoplastia, consiguió tres años más tarde cambiarse de nombre y tener un DNI que verdadera la definiera con el nombre de Bibiana Manuela. Pareja de Carlos Herrera como presentadora de TVE, con nombre de mujer oficial o sin él, a quienes no les importó nunca el género con el que había nacido fue a los tres hombres que marcaron su corazón. El primero fue Alfredo, que ella recuerda como un hombre "guapo a morir", aunque con "adicciones peligrosas". Luego Cupido quiso que se enamorara del que fue durante 14 años su representante, Javier, pero que inesperadamente falleció dejándola rota. En medio, algún romance que la dejó inesperadamente. Y luego llegó Asdrúbal Ametler, el único con el que se casó. Fue un modelo que conoció en La Habana y con el que se casó por lo civil en el año 2000. Cuatro años después volvía a estar soltera, y pocos romances más -serios—se le conocen, a parte de un libanés llamado Hussein del que pocas veces habla. También tuvo un tonteo con el jugador de fútbol Guti, antes de que se casara con Arantxa de Benito.

En la actualidad, Bibiana vive sola con sus perros en un hogar donde, como curiosa excentricidad, sabemos que ha colocado un altar en su dormitorio con imágenes de amigos y familiares fallecidos a los que pone velas en su cumpleaños. Ayer volvieron a iluminarse para dar la bienvenida a unos 70 que esperemos sean tan intensos y maravillosos como su trayectoria vital.