Un día antes de Nochebuena, Isabel Preysler ha puesto rumbo a Miami para disfrutar de unas Navidades jubilosas; y lo ha hecho junto a sus hijas, Tamara Falcó y Ana Boyer, sus yernos y algunos de sus nietos.
La hija del que fuera ministro de Economía y Hacienda entre primer ministro de Economía y Hacienda de Felipe González, fallecido en septiembre de 2014, espera su tercer hijo y este próximo año participará como concursante en el talent de La 1 Bake Off junto a Terelu Campos y Rocío Carrasco entre otros personajes que se llevarán un buen pellizco de dinero público a través de RTVE. ¡Que diría su padre si levantara la cabeza al saber que su hija cobra del erario público por hacer bollos en la televisión pública nacional!
Mientras, Tamara Falcó, la hija del marqués de Griñón, de 42 años, ocho años mayor que su hermana pequeña, aún no ha comunicado que esté embarazada, si buen sabemos que quiere ser madre y que está haciendo lo posible por darle otro nieto o nieta a la reina e corazones, o sea, a Isabel Presyler. La hija del político socialista y la del aristócrata al que su madre sustituyó por Boyer, del que se enamoró y con el que se acabó casando, se juntan en casa de los hijos que su madre tuvo antes de ella con Julio Iglesias.
Enrique Iglesias ha dado el pelotazo de su vida: seguro que hay buenos regalos para todos bajo el árbol de Navidad del cantante
La familia al completo viaja a Miami y el centro de reunión parece que es la súper casa de Enrique Iglesias, el gran cantante que, con permiso de su padre, el irrepetible Julio Iglesias, ha pegado el pelotazo de su vida este año tras vender su catálogo de canciones por unos cien millones de dólares, según recogimos. Eso explica que Enrique sea el único junto con su progenitor que no vende su vida en revistas, documentales, platós y demás foros. También se ha podido ver a los consortes: Fernando Íñigo Onieva y Fernando Verdasco se han dejado ver en la zona premium del Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas.
Primero han llegado Ana y Verdasco, junto a sus niños, y minuto más tarde, aparecían en escena Íñigo, Tamara e Isabel. Esta última mostraba su faceta más divertida junto a sus nietas correteando y jugando con ellos antes de entrar en el interior del aeropuerto.
No es habitual ver a Preysler así, pero en muchas ocasiones ha hecho referencia a su condición de abuela en público, asegurando que le encanta disfrutar con sus nietos y que en su casa aprovecha todo el tiempo que tiene para estar con ellos.
Son las primeras Navidades que Íñigo pasará con la familia de su mujer, ya que las pasadas estaban en plena crisis sentimental. Fueros las de la famosa misa de Gallo reconciliadora, cuando se arrastró para que le fueran perdonados sus pecados de Burning Man. Después de todo, parece que el 'hombre ardiente' ha sido domesticado, un cambio que le ha permitido ganarse el respeto y el cariño de todos los miembros del clan Preysler. Y ya es uno más. Otra cosa es que vaya a pasar de su propia familia, incluida su madre, Carolina Molas, tanto en Nochebuena, como en Navidad, como el día 31, como el 1 de enero. Ya lo dijo Tamara: el año que viene todas las fiestas con Carolina. Este chico es fácil de convencer. Ya podemos imaginarnos a su mujer, mayor que él y más veterana en esto de las relaciones familiares: "¡Me lo debes!". O sea...