La muerte de Carmen Sevilla el pasado 27 de junio dejó desolado al mundo de la cultura, que con cierta tristeza lamentó que no fuera despedida como una de las más grandes. Hay que recordar que por petición de su hijo, Augusto Algueró Jr., su último adiós se celebró en la más absoluta intimidad sin ningún tipo de homenaje público a su alrededor. Algunos amigos, no obstante, se quitaron la espina al asistir a la emotiva misa que Rappel preparó en su honor el 13 de julio.
Ahora bien, aseguran que, 105 días después de su incineración, las cenizas de la eterna figura del cine y la canción española siguen sin recogerse en el tanatorio municipal de Pozuelo de Alarcón, donde fue incinerada.
"Lo normal es recogerlas dos días después de la incineración, aunque tienen un depósito donde pasado un año aproximadamente se contacta con los familiares para ver si van a recogerlas o por el contrario prefieren que sean esparcidas en una especie de vertedero con el que cuentan los crematorios", cuenta Pilar Vidal en ABC.
El propio Augusto ha desmentido después esta información a través de Rappel. El vidente ha desvelado en El Mundo que ha hablado con el hijo de la presentadora y que este le niega estas afirmaciones, asegurando que las cenizas de su madre sí han sido recogidas. Ahora tendrán que repartirlas entre los tres sitios que Carmen dejó indicados.
La luz de Carmen Sevilla, consumida por el Alzheimer, se apagó para siempre el 27 de junio. El hijo de la que fuera presentadora de Cine de Barrio recibió críticas por no abrir una capilla ardiente para su madre, como así tuvieron otras grandes figuras de la cultura española como Rocío Jurado, Lola Flores o Sara Montiel. María Teresa Campos y María Jiménez también han sido despedidas este verano con emotivos y merecidos reconocimientos.
La artista se fue de forma tan discreta como ha vivido los últimos años. En 2009 le diagnosticaron Alzheimer, en 2010 se retiró de la vida pública y en 2015 ingresó en una residencia geriátrica, donde ha permanecido hasta el final de sus días. Murió en el Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, hasta donde fue trasladada tan solo dos días antes de su muerte.