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Ana Obregón convierte su reaparición en un ataque contra Alessandro Lequio

La tensión entre Ana Obregón y Lequio que adelantamos desde el minuto uno tras conocerse que la presentadora había sido abuela se ha visibilizado este miércoles. Tanto la bióloga en su rueda de prensa como el aristócrata desde su silla en El Programa de Ana Rosa han exhibido la verdad de su relación que, por cierto, no tiene nada que ver con el cuento ideal que pretendió vender Antoñita la Fantástica (como la llamaba su padre) cuando comenzó a repartir, con cheque o sin él, entrevistas y declaraciones como aquella en la que dijo "Lequio y yo hablamos todos los días".

Los hechos confirman que nuestra versión coincide con la realidad. Y la realidad es que Ana Obregón decidió por su cuenta y riesgo ser madre por gestación subrogada usando el semen de su hijo fallecido hace ahora tres años. Esa decisión, obviamente, implicaba no solo que Ana Obregón se ha convertido en abuela biológica de Ana Sandra Lequio sino que ha forzado a su ex a ser abuelo.

No es de extrañar, por tanto, que el bisnieto de Alfonso XIII esté que trina, una vez ha sido arrastrado a una situación que él no decidió. No olvidemos que, como el propio Lequio subrayó públicamente, él tiene su propia familia, está felizmente casado con María Palacios y tiene una hija fruto de su matrimonio.

Otra cosa es que una vez Ana Obregón se ha salido con la suya y la pequeña es una criatura que existe, Ana Sandra esté por encima de todo, sean las cuestiones legales discutibles o las discrepancias con Lequio.

Tampoco está claro que sea cierta la justificación que la propia Obregón pone para haber traído al mundo a una hija de Aless. Ella sostiene que era el deseo de su hijo y declaró que el fallecido se lo pidió tanto a ella como al italiano, en su lecho de muerte. Pero el único testigo que puede corroborar la versión de la bióloga, o sea, Alessandro Lequio, jamás lo ha confirmado. Es verdad que tampoco lo ha desmentido públicamente, pero su actitud, incluida la que ha adoptado este miércoles, no lleva a pensar que esté dando la razón a su ex.

La guerra de Ana Obregón contra Lequio se recrudece y, a la vista de lo ocurrido el día de la presentación del libro, veremos más batallas. La actriz ha sido, es y será una persona que goza siendo el centro de la noticia. Si para continuar llamando la atención tiene que lanzar dardos contra su ex o contra su mujer, no cabe duda de que elevará el tono. Y eso significa que Alessandro puede romper el voto de silencio que se ha autoimpuesto si provocaciones como la que hemos visto continúan. No olvidemos las infinitas verbenas mediáticas protagonizadas por Ana Obregón: desde sus batallas con Antonia Dell'Atte a las peleas de gatas con su amiga Susana Uribarri, cuando la representante le robó el polaco macizo Darek a la bióloga, a las broncas, lloros, risas, posados, exclusivas, llamadas a fotógrafos y todo tipo de elementos que han sustentado la prolífica historia mediática de Ana Obregón.

Mensajes fuera de tono de Ana a su 'nuera'

Otra pata del banco que sustenta el relato de la presentadora descansa en Carolina Monje. La que fuera novia de su hijo Aless tampoco ha abierto la boca pero nuestras informaciones, ninguna desmentida por la joven, dicen que la supuesta buena relación entre Monje y Obregón no es tal. Sencillamente no existe. Carol, como la llaman en su círculo familiar, se las tuvo con su 'suegra' cuando ambas coincidieron en los días terribles de Aless hospitalizado. Mensajes fuera de tono de Ana a su 'nuera' lo demuestran. Después de años sin relación, Ana fabricó una aproximación con Carolina, un mensaje que la catalana contestó con educación pero con la máxima frialdad. Carolina Monje guarda silencio porque no quiere protagonismo y solo desea vivir felizmente sus últimos meses de soltera, ya que se casa en octubre. Pero mejor para Ana que no cuente cosas que pondrían en entredicho la conducta de la abuela de Ana Sandra. Para empezar, Carolina, y no Obregón, fue designada como única depositaria de las muestras biológicas que dejó. Ella renunció ante notario, como contamos en exclusiva, y no deseaba que ninguna otra persona hiciera uso de ellas. El relato de Ana, y de nadie más, sustenta su versión de la intrahistoria de cómo y por qué está en este mundo su hija nieta. Por encima de todo y de todos está la bebé. Una bebé que no ha pedido ser mercancía de jugosas exclusivas.

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