El 'Ecce Homo' se exhibe en el museo madrileño con la expectación por la historia inédita que lo precede: el óleo, perdido y anónimo, que pasó de 1.500 euros a venderse por 40 millones. Estará hasta octubre.
Ecce Homo (He aquí el hombre), dijo Pilato al presentar a Cristo anta la multitud en los días previos a la Crucifixión. Esta escena, recreada por Caravaggio, se expone en el Museo del Prado en lo que se ha dado en llamar "uno de los mayores descubrimientos de la historia del arte", valoran en la pinacoteca. El cuadro, pintado por el gran artista italiano entre 1605 y 1609 formó parte de la colección privada de Felipe IV de España. Permaneció perdido y anónimo durante siglos hasta su reaparición en 2021 en la casa de subastas Ansorena. "Se trata de una de las únicas 60 obras conocidas de Caravaggio que existen, lo que la confiere un valor extraordinario", aseguran en una nota.
Restaurado y en todo su esplendor, El caravaggio perdido se expone en una instalación individual especial de la pinacoteca madrileña, en la sala 8 A del edificio Villanueva. Se puede contemplar hasta el 13 octubre de este año.
Para su exhibición el óleo ha sido analizado por Claudio Falcucci, ingeniero nuclear especializado en la aplicación de técnicas científicas a la conservación del patrimonio cultural. La restauración, rigurosa y minuciosa, se realizó bajo la supervisión de expertos de la Comunidad de Madrid. Se evaluaron los materiales de la obra y el historial de conservación del cuadro en un proceso que permitió reafirmar la autoría de Michelangelo Merisi Caravaggio. En las fotos superiores se puede observar el antes y el después de ese proceso de restauración.
La historia que precede a este lienzo es de película. Se localiza en la casa Ansorena en abril de 2021. Se había atribuido a un alumno no identificado de José de Ribera. Su precio, unos 1.500 euros. "El Prado alertó al Ministerio de Cultura de que esa atribución era inexacta", cuenta el director de la pinacoteca, Miguel Falomir. Desde entonces, la obra la obra ha estado bajo la custodia de la galería de arte Colnaghi, Filippo Benappi (Benappi Fine Art) y Andrea Lullo (Lullo Pampoulides). Una vez restaurado, el cuadro volvió al mercado a través del galerista Jorge Coll. Un mecenas británico anónimo lo adquirió por una cantidad entre 30 y 40 millones de euros. El nuevo propietario ha prestado el lienzo al Prado.