El sorteo de la Lotería ha dado el pistoletazo de salida a la Navidad en España que, por desgracia, volverán a estar marcadas por la pandemia debido a exponencial aumento de positivos por ómicron. Se trata de dos semanas en las que las comilonas pondrán en jaque nuestra dieta diaria... porque, admitámoslo, ¿quién se puede resistir a los pecados (salados y dulces) tan típicos de estas fechas?
Sin embargo, no todo es jauja y conviene no excedernos en lo que comamos durante las Fiestas porque los kilos de más que podamos tener en enero es lo de menos. Es tiempo de controlar nuestros niveles de colesterol en sangre, con especial atención a aquellas personas que en los últimos análisis les ha salido una cifra alta.
La Navidad es, por tanto, un período peligroso debido a que ingerimos más productos con grasas, dulces y alcohol. Este cambio de hábitos puede suponer un aumento del 10% del colesterol, según la Fundación Española del Corazón (FEC), que recuerda también que es aconsejable que el total no supere los 190 mg/dl y el colesterol LDL (el malo) sea inferior a 115 mg / dl. Por eso concluyen que el colesterol es el "enemigo invisible" de la Navidad.
El cordero, la sobrasada o las cabezas de los langostinos, los aliados del colesterol en Navidad
El producto estrella es muchas casas durante estos días es la carne, principalmente el cordero. Se trata de uno de los alimentos tachados en rojo por las personas con el colesterol alto, al contar con un 20% de grasas totales, además de que la mayoría de los ácidos grasos son saturados. El cordero o el cochinillo se puede sustituir por un pescado como una lubina o una dorada.
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Ojo también a los aperitivos, en los que abundan todo tipo de embutidos: chorizos, salchichones, fuet... Sin embargo, los que más proporción de grasa tienen son la sobrasada y la morcilla. Pero hay buenas noticias: el jamón ibérico y serrano pasa la criba al poseer sustancias beneficiosas para la salud cardiovascular, siempre y cuando se tome con moderación.
Por otra parte, Boticaria García advierte que la mayoría del colesterol de las gambas y langostinos está en la cabeza. La mayonesa también tiene un contenido alto en grasas a raíz de los aceites que se usan para su receta. La lista negra termina con los dulces de Navidad, en especial los mantecados (alta proporción de grasas saturadas) y el alcohol.

¿Qué podemos hacer para reducir el colesterol después de la Navidad?
Desde la Fundación Española del Corazón también se nos da una serie de consejos para contrarrestar las comilonas de la Navidad reduciendo los niveles de colesterol. Son estos siguientes:
- Hacer actividad física de forma regular. Por ejemplo, con caminar 45 minutos al día ya valdría. Y todo cuenta: mejor subir por las escaleras que coger el ascensor.
- Evitar el consumo de alcohol y abandonar el tabaco.
- Volver a la dieta mediterránea, potenciando la ingesta de frutas y verduras. La piña, como vimos, posee una gran cantidad de beneficios.
- Introducir en la dieta alimentos reductores de colesterol alto, como los lácteos enriquecido con esteroles vegetales y las grasas saludables que encontramos en el aceite de oliva, las nueces y el pescado azul.