Jornada histórica la que se vivió este domingo, 18 de mayo, con la misa que inauguraba el pontificado de León XIV en el Vaticano. Representantes institucionales acompañaron al Pontífice en este día. La presencia de los reyes Felipe VI y Letizia, que también estuvieron en el funeral del Papa Francisco el pasado 26 de abril, fue muy comentada.
En cuanto a la reina, la madre de la princesa Leonor y la infanta Sofía confió por primera vez en un diseño de Redondo Brand, la firma del español Jorge Redondo, que ha vestido a figuras tan reconocidas como Isabel Preysler, Naty Abascal o Nieves Álvarez. Se trata de un vestido blanco de corte midi, elegante y sobrio, que combinó con una mantilla del mismo color, un bolso de mano y unos zapatos de tacón en tono ocre, aportando un sutil contraste cromático al conjunto.
La elección de la mantilla blanca añade un elemento de especial simbolismo. Esta es la primera vez que Letizia utilizó una desde su boda con el rey Felipe en mayo de 2004, cuando deslumbró de Manuel Pertegaz con un velo bordado que aún se recuerda como uno de los momentos más icónicos de su estilo.
Pilar Eyre, experta en Casas Reales, ha comentado la elección de la consorte en la misa del nuevo Papa. Lo ha hecho en positivo: "Pues a mí me parece que Letizia va muy bien: sin peineta, sin joyas aparatosas y sin gafas oscuras". Y después de que un usuario le comentara que el velo "es un poco de comunión", la periodista señaló: "Me gusta... Así llevábamos la mantilla cuando éramos niñas e íbamos a misa".
La catalana también opinó acerca del privilengio del blanco y la repercusión que este estaba teniendo en medios de comunicación, con su correspondiente explicación: "Qué pesadez lo de la privilege de blanc, que ya lo sabemos, concho".
Para los despistados, las explicaciones nunca están de más. El privilegio del blanco es el que permite a las reinas de los países católicos vestir de blanco frente al pontífiece en el Vaticano. Actualmente pueden la reina Sofía; Matilde de Bélgica; Paola, reina madre de los belgas; María Teresa de Luxemburgo; y Charlene de Mónaco.
