Casas Reales

Ni insultos ni inseguridad: la causa de la demanda de varios millones de dólares a la que se enfrenta Meghan Markle

Meghan Markle, duquesa de Sussex, se enfrenta a una demanda millonaria en Estados Unidos por un motivo tan inesperado como alarmante: una receta casera de sales de baño recomendada en su programa de Netflix With Love, Meghan. La presunta víctima, Robin Patrick, una mujer residente en Maryland, afirma haber sufrido "quemaduras catastróficas" tras seguir las indicaciones del episodio y exige una compensación económica cercana a los nueve millones de dólares.

Lejos de tratarse de un caso relacionado con insultos, difamación o inseguridad —temas habituales en los conflictos legales que rodean a figuras públicas—, la demanda gira en torno a un problema de salud derivado del uso de productos naturales supuestamente inocuos. Patrick alega que tras sumergirse en una bañera con la mezcla recomendada por el programa, su cuerpo reaccionó de forma extrema: 18 quemaduras repartidas por las piernas, brazos y manos, algunas aún sin curar a más de un mes del incidente.

Una combinación de ingredientes que terminó en el hospital

La receta, presentada en el programa como un ritual relajante para dejar en la habitación de invitados, incluía sales de Epsom, sal del Himalaya, aceite de árnica y esencia de lavanda. Todos los ingredientes son de uso común en productos de cuidado personal y están ampliamente disponibles en tiendas de cosmética natural. Sin embargo, algunos de ellos pueden presentar riesgos en personas con condiciones médicas específicas, como es el caso de Patrick, que sufre diabetes tipo 2.

Según expertos consultados, el sulfato de magnesio —conocido como sal de Epsom— puede provocar efectos adversos cuando se usa en exceso o sobre piel dañada, y es especialmente delicado en personas con enfermedades crónicas. En casos raros, su aplicación tópica puede generar irritación severa, infecciones cutáneas y, como en este caso, quemaduras.

Robin Patrick asegura haber seguido la receta al pie de la letra. La primera señal de alarma fue una sensación de escozor en las piernas, que rápidamente se transformó en ardor. "Sentí como si me quemara desde dentro hacia afuera", relató al Daily Mail, medio que también publicó fotografías de sus lesiones. "Intenté salir de la bañera, pero al tocar el agua con la mano para vaciarla, me quemé también el brazo".

Una demanda millonaria y un debate sobre la responsabilidad en redes

La demanda ha sido dirigida contra Meghan Markle, Netflix y Archewell Productions, la productora fundada por la duquesa y el príncipe Harry. En ella, la demandante reclama 6.700 dólares por gastos médicos inmediatos y otros 8,89 millones por daños emocionales y físicos, incluyendo el trastorno de estrés postraumático que asegura haber desarrollado desde el incidente.

Robin Patrick no solo busca una compensación económica. También exige que la plataforma incluya advertencias específicas antes de emitir recomendaciones caseras como esta, especialmente para espectadores con condiciones médicas preexistentes. "De la misma forma que se avisa sobre alérgenos alimentarios, debería advertirse sobre productos que pueden dañar la piel", afirma en su escrito.

Por parte de Meghan Markle, la respuesta ha sido cautelosa. A través de su abogado, ha declarado que "no existe base legal para una reclamación por negligencia" y que los ingredientes mencionados están contraindicados para ciertos grupos de riesgo, lo que eximiría de responsabilidad a la producción.

¿Negligencia o mal uso?

La clave del caso podría estar en la interpretación del término "recomendación". Aunque el programa no presentó la receta como un tratamiento médico, sí lo hizo como parte de un ritual de autocuidado personal, lo que puede abrir la puerta a interpretaciones legales sobre la responsabilidad de figuras públicas al promover ciertos productos.

Los expertos en derecho de consumo señalan que si bien la receta no fue vendida como un producto comercial, la difusión de sus beneficios en una plataforma global como Netflix podría considerarse una forma de influencia comercial. "El simple hecho de no lucrarse directamente no exime de responsabilidad si se produce un daño atribuible al contenido", explica Karen DuPont, abogada especializada en responsabilidad civil en medios.

Un nuevo frente para Meghan Markle

Este incidente llega en un momento en el que Meghan Markle intenta relanzar su imagen pública a través de contenidos positivos y cercanos. With Love, Meghan fue concebido como un espacio de bienestar, estilo de vida y recetas caseras, lejos de la polémica habitual que rodea a la pareja. Sin embargo, este episodio ha demostrado que incluso las propuestas más inocuas pueden generar reacciones imprevistas.

Por ahora, no se ha anunciado una fecha de audiencia formal, aunque las partes ya han intercambiado comunicaciones legales. El caso podría resolverse fuera de los tribunales si se llega a un acuerdo económico, aunque Patrick ha insistido en su intención de "sentar un precedente" sobre la necesidad de advertencias en contenidos de este tipo.

Lo que parecía una simple sugerencia de baño relajante ha terminado abriendo un debate sobre los límites de la responsabilidad de los creadores de contenido. Y Meghan Markle, pese a su intención de mantenerse al margen de las polémicas, vuelve a estar en el centro del huracán.

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