Dos de julio de 2011. El pequeño Principado de Mónaco se había vestido de gala para disfrutar de un día histórico: el enlace del príncipe Alberto con la nadadora sudafricana Charlene Wittstock. Miles de personas esperaban en la catedral la llegada de la novia y millones asistían a la boda a través de la televisión. Ella, consciente de la expectación, sufrió un pequeño ataque de ansiedad antes de caminar hacia el altar. Lo ha desvelado Julian Lennon, el hijo fotógrafo de John Lennon que inmortalizó a la princesa en su día más especial.

El artista ha publicado un libro con las mejores imágenes de su carrera, Life's Fragile Moments, y la princesa Charlene ocupa la portada. Junto a su reportaje, una anécdota inédita hasta el momento: "Ella se quedó sentada, mirándose fijamente al espejo, como entumecida. Se volvió hacia mí y me dijo: 'Jules, no sé si puedo hacer esto'. Yo le dije: '¿De qué estás hablando?'. Ella dijo: 'No puedo hacerlo, no estoy segura de poder hacer las fotografías, hay demasiadas distracciones".

Finalmente, la convenció y el resultado mereció la pena: "La recorté de una determinada manera y pensé: 'Dios mío, ahí está. Es la princesa Grace, es la década de 1950'. Así que convertí todas las fotografías en blanco y negro", desvela el artista. Las imágenes, finalmente, fueron destinadas a fines benéficos a través de la Fundación Princesa Charlène y la organización White Feather, que creó el propio Lennon.
Una novia... ¿a la fuga?
La historia de Lennon confirma que la novia estaba muy nerviosa aquella mañana de julio, algo que ella misma admitió en una entrevista años después: "Estaba tan absolutamente agotada que cuando nos pusimos los anillos, yo, que estaba tan nerviosa, vi que se lo estaba poniendo en la mano equivocada. Creo que Alberto me dijo algo como: 'Cariño, es esta mano". Fue estresante, mucha presión", confesó.
El estado casi catatónico de Charlenne aquel día dio paso a todo tipo de rumores. Los más extendidos, que se había arrepentido del enlace en el último momento e, incluso, que había intentado dejar plantado al príncipe en el altar: "Dijeron que estaba huyendo. ¿A dónde corría? ¿Al lado oscuro de la luna? Creo que es imposible, sin embargo, que alguien en el exterior entienda cuán horrible, cuánta presión había para los dos. Enorme. No lo creerías", dijo ella.
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