Cuando Meghan Markle anunció su nuevo programa de cocina para Netflix, With Love, Meghan, prometió a los espectadores una experiencia íntima, casi como estar "en casa con Meghan". Sin embargo, en un giro inesperado, la duquesa de Sussex ha elegido grabar el show en una mansión que no es la suya, a pesar de vivir a escasos tres kilómetros de su lujosa residencia en Montecito, valorada en 12,7 millones de euros.
En lugar de utilizar su propia cocina, Meghan, de 42 años, decidió mudarse temporalmente a una finca de ensueño alquilada para la ocasión, valorada en unos 4,6 millones de euros. Situada en una comunidad cerrada y rodeada de aguacateros y limoneros, esta propiedad pertenece a la adinerada familia Cipolla, figuras conocidas en los círculos de alta sociedad de la Riviera Americana.
Tom y Sherrie Cipolla, filántropos septuagenarios con un portafolio inmobiliario que supera los 18,4 millones de euros, accedieron a prestar su hogar para la grabación del programa. La mansión, de 418 metros cuadrados, cuenta con cuatro habitaciones, 4,5 baños y una cocina digna de cualquier chef profesional, equipada con encimeras de piedra Caesarstone, valoradas entre 230 y 630 euros por metro cuadrado. El corazón del hogar es una cocina de lujo que incluye una cocina profesional Thermador de 48 pulgadas, con un precio estimado de 17.400 euros, rodeada de gabinetes estilo Shaker en tonos crema y herrajes negros. En las tomas promocionales del programa, Meghan aparece arreglando flores y preparando platos que van desde crudités hasta pasteles, todo acompañado de una cuidada estética de influencer.
Entre los utensilios de cocina destacan sartenes de cobre que oscilan entre los 230 y 690 euros, una batidora Vitamix E320 Explorian, valorada en 520 euros y alabada por estrellas como Gwyneth Paltrow, Miranda Kerr y Zac Efron, y tablas de cortar de nogal negro, que añaden un toque rústico a la decoración y cuestan unos 70 euros cada una.
Fiel a su gusto refinado, Meghan también utiliza utensilios de cocina Le Creuset, todos en blanco a juego, con precios que van de 210 a 290 euros por pieza. En uno de los clips promocionales, sirve un aperitivo caprese en forma de mariquitas: pequeñas piezas de pan cubiertas con tomates cherry y aceitunas negras, todo sobre una cama de mozzarella y hojas verdes.
El plato utilizado, un diseño floral azul de Earth and Element, una cerámica artesanal de Los Ángeles, cuesta aproximadamente 37 euros por unidad. También se aprecia un espectacular bol de ensalada de Astier de Villatte, una línea de cerámica parisina elaborada con terracota negra y esmaltada en blanco, cuyo precio asciende a 320 euros por pieza. Para el postre, Meghan opta por un sencillo pero elegante Eton Mess servido en copas de helado estilo vintage, disponibles por 3,5 euros cada una. Estas pequeñas elecciones no solo refuerzan la imagen de Meghan como una experta en estilo de vida, sino que también subrayan la conexión entre lo accesible y lo exclusivo.
El programa de cocina es parte de un contrato de 93 millones de euros que Meghan y el príncipe Harry firmaron con Netflix, un acuerdo que ha tenido sus altibajos. Tras la cancelación de la serie animada Pearl y el final anticipado de su pódcast Archetypes en Spotify, Meghan parece estar apostando por este proyecto para redirigir su marca personal. Sin embargo, el camino no ha sido fácil. La incursión de Meghan en el mundo empresarial con su marca American Riviera Orchard ha enfrentado varios obstáculos, desde problemas con el registro de marca hasta desafíos en la contratación de personal.
En marzo de 2024, Meghan presentó la solicitud de marca para American Riviera Orchard, enfocada en productos de estilo de vida, hogar y alimentación. Pero la Oficina de Patentes y Marcas de Estados Unidos rechazó inicialmente la solicitud debido a inconsistencias. Además, la compañía alimenticia Harry & David presentó una objeción, argumentando que el nombre era demasiado similar a su propia marca Royal Riviera. A estas complicaciones se suman reportes sobre dificultades internas en la empresa. En agosto de 2024, se supo que 18 empleados habían dejado la firma, y para noviembre aún no se había encontrado un director ejecutivo que liderara el proyecto.
Un nuevo comienzo en las redes sociales
Lejos de desanimarse, Meghan ha dado un nuevo paso hacia su reinvención con el lanzamiento de una cuenta de Instagram en Año Nuevo. En su primer video, filmado por Harry en una playa cercana a su hogar en Montecito, Meghan aparece riendo y disfrutando de un momento informal. Este movimiento marca el inicio de lo que promete ser un año clave para la duquesa. Con el estreno de su programa de cocina y el esperado lanzamiento oficial de American Riviera Orchard en 2025, Meghan parece decidida a consolidarse como una figura de estilo de vida influyente. A pesar de los desafíos, el programa With Love, Meghan refuerza la imagen de una Meghan Markle accesible, elegante y comprometida con su comunidad. Al elegir una mansión ajena para sus grabaciones, la duquesa no solo evita las críticas por exhibir su propia opulencia, sino que también introduce un elemento aspiracional que resuena con su audiencia.
Mientras prepara platos simples pero visualmente impactantes, rodeada de amigos famosos como Mindy Kaling y con canciones clásicas como Do You Believe in Magic de The Lovin' Spoonful como banda sonora, Meghan combina la calidez de la vida cotidiana con el glamour de Hollywood.
¿Una estrategia exitosa?
Aunque es pronto para determinar si este programa logrará revitalizar la marca de Meghan, lo cierto es que su enfoque combina elementos cuidadosamente diseñados para atraer tanto a sus seguidores leales como a un público más amplio. En un contexto donde los desafíos empresariales y las críticas han puesto a prueba su resiliencia, Meghan parece estar jugando una carta crucial en su carrera post-royal.
Solo el tiempo dirá si esta apuesta dará los frutos esperados, pero una cosa es segura: Meghan Markle, la duquesa, la emprendedora y ahora la anfitriona de cocina, sigue siendo una figura que no deja de reinventarse.
