Casas Reales

Las juergas de Leonor llegan a la prensa extranjera: "Se volvió loca en una discoteca"

A sus 18 años, la princesa de Asturias tiene tiempo para todo: su formación militar en la Escuela Naval de Marín (Pontevedra), sus obligaciones como heredera al trono de Felipe VI y también, cómo no, para sus amigos y su tiempo libre. Leonor quiere disfrutar de la vida, como cualquier joven de su edad, y sus salidas en los últimos meses han ocupado los titulares de la prensa: desde la feria de Málaga hasta la fiesta de Halloween, cumpleaños o cenas a base de hamburguesas. Ahora, dan el salto a la prensa internacional. Concretamente, a la holandesa, donde desvelan la última juerga que se ha pegado la hermana de la infanta Sofía: "Se volvió loca en una discoteca", reza Royalty.

Aseguran que Leonor salió el pasado fin de semana con sus compañeros de formación, con los que suele frecuentar algunos locales de moda en Pontevedra. En esta ocasión, fue una conocida discoteca en la que la princesa se desató bailando y riendo hasta altas horas de la madrugada. "Aunque su madre prefiere verla de otra manera, a la princesa Leonor le encanta bailar y disfruta haciéndolo en su tiempo libre", apuntan.

Dispositivo de seguridad

Leonor trata de pasar desapercibida en su día a día pero no siempre lo consigue. Su estatura, así como su pelo rubio y sus impresionantes ojos azules, llaman la atención de cualquiera y también, cómo no, los agentes de seguridad que la acompañan a todas partes. La princesa tiene derecho de divertirse, claro que sí, pero ella no es una joven cualquiera; es la heredera al trono y como tal debe ir adecuadamente escoltada y protegida.

Cada vez que Leonor decide salir, ya sea para una comida, una cena o una simple reunión con amigos, todo debe ser previamente coordinado. La princesa debe informar con antelación sobre el lugar, la hora y la duración de su salida. Incluso si los planes cambian sobre la marcha —por ejemplo, si tras la cena deciden visitar otro sitio—, los nuevos destinos deben ser previstos y aprobados por el equipo de seguridad. Este nivel de detalle no es exclusivo de Leonor, sino que es habitual para figuras de su posición. Lo excepcional, sin embargo, es la discreción con la que se gestiona. A pesar de las estrictas medidas, el objetivo es permitirle disfrutar de estos momentos como cualquier joven más, minimizando interrupciones y distracciones por parte de la seguridad.

El equipo de escoltas que acompaña a la princesa está integrado por profesionales altamente entrenados, quienes mantienen una relación cercana y profesional con ella. Desde niña, Leonor ha estado acostumbrada a esta dinámica, lo que hace que estas presencias formen parte de su rutina diaria sin resultar incómodas. Durante estas salidas, los escoltas se posicionan estratégicamente: lo suficientemente cerca para actuar en caso de necesidad, pero con la distancia justa para no interferir en la interacción social de la princesa con sus amigos o compañeros. Aunque estos momentos suelen transcurrir con normalidad, las salidas de Leonor no están exentas de situaciones imprevistas. En lugares públicos, como restaurantes o cafeterías, no es raro que algún transeúnte la reconozca, atrayendo la atención hacia ella y su grupo. Cuando esto ocurre, su escolta refuerza su presencia, mientras la princesa intenta mantener la compostura y seguir disfrutando del momento con naturalidad.

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