A dos meses y medio de cumplir los 76 años, Carlos III de Inglaterra se empeña en tranquilizar a sus súbditos manteniendo sus viajes oficiales y con espontáneas frases del tipo "no estoy tan mal", como la que pronunció hace unos días en una visita a Southport, donde se produjo el terrible asesinato de tres niñas.
Pero la realidad es distinta y el Gobierno de su Majestad sabe que la Corona Británica ya se está preparando para lo peor. Como adelantábamos este fin de semana, el que fuera marido de Lady Di ha recibido las últimas pruebas médicas y los resultados no han salido como esperaba, ya que el cáncer no ha desaparecido. "Son las últimas pruebas que le han hecho para ver cómo va el tratamiento y el cáncer no ha desaparecido. Era una de las peores noticias que podía esperar, ya que el tratamiento tiene que extenderse un poco más", repetían en Telecinco.
Los médicos han pedido a Carlos III que rebaje el ritmo, especialmente con los viajes que realiza. "Aunque está todo muy programado porque los viajes los hace en helicóptero, en cuanto llega se desploma en un sofá porque se queda sin fuerzas. El tiempo que le queda se lo dará a la Corona", revelaba la periodista especializada Concha Calleja este domingo.
Tratamiento
El tratamiento que el monarca ha recibido en los últimos meses para acabar con su enfermedad no ha dado los resultados esperados y unas recientes pruebas médicas han puesto en evidencia algo muy preocupante: que su cáncer no ha desaparecido y deberá de extender su tratamiento un tiempo más, algo que sin duda ha levantado la alarma en su entorno. No en vano, el rey Charles cada vez tiene menos fuerzas para seguir con sus obligaciones como monarca, pues los viajes lo dejan extenuado. Sin embargo, parece obstinado en seguir en el trono hasta el fin de sus días, tal y como hizo la Reina Isabel II, algo que Carlos ya dejó patente en su discurso inaugural como rey, el 9 de septiembre de 2022, donde afirmó que al tomar el relevo de su madre se comprometía a "defender, durante el tiempo que Dios me conceda, los principios constitucionales que son el corazón de nuestra nación".
Sin embargo, la voluntad a veces no puede luchar contra la naturaleza, y mucho menos contra las enfermedades, por lo que cabría la posibilidad de que el voraz avance de su enfermedad, detectada tras someterse a una operación de próstata, lo retirara antes de lo deseado al impedirle ejercer sus obligaciones como rey. ¿Qué pasaría entonces si la debilidad de Carlos III lo obligara a dejar su cargo?

Tres opciones
Ante tal escenario, se plantean tres posibles opciones: la delegación de responsabilidades a los consejeros de Estado, la instauración de una regencia o el traspaso de trono a su primogénito, el Príncipe William, a través de una abdicación. La primera de las situaciones, contemplada en la Ley de Regencia de 1937, es una de las más plausibles dada la situación, y posiblemente la única ante la que cedería Carlos III dada su obstinación de permanecer en el trono hasta su muerte. Dicha opción permitiría que el monarca pueda delegar puntualmente (cuando tuviese días malos o su situación física le impidiera viajar o atender compromisos concretos) parte de sus funciones reales a consejeros de Estado. Según la ley, estos serían su esposa la reina Camilla Parker Bowles y las cuatro personas siguientes en la línea de sucesión que sean mayores de 21 años. Sin embargo, dado el complicado entramado personal que ha habido en Buckingham Palace, sólo dos podrían sustituir a Carlos III puntualmente como consejeros de Estado: su hijo William y Beatriz de York. No podrían asumir sus funciones ni su hijo Harry ni su hermano Andrés, pues ninguno de ellos son en estos momentos miembros activos de la realeza. Además, en el caso de ser necesario, es poco probable que el príncipe Harry sea llamado a ejercer dicha función al no residir en Reino Unido.
Ley para incluir a los hermanos del monarca
Por suerte, en previsión de que algo grave pudiera ocurrir y fuesen necesarios más consejeros de Estado, en 2022 se aprobó una ley para incluir también como tales a los hermanos del monarca, Eduardo y Ana, por lo que ambos también estarían en la lista. ¿Y cuál sería su función concreta o en qué labores podrían sustituir al monarca? Según la ley, están autorizados a llevar a cabo funciones oficiales del rey, como asistir a reuniones del Consejo Privado, firmar documentos de rutina y recibir las credenciales de los nuevos embajadores en el Reino Unido. No podrían, sin embargo, Disolver el Parlamento (salvo por instrucción expresa del rey Carlos III), nombrar a un nuevo primer ministro, otorgar títulos nobiliarios o gestionar los asuntos de los 15 estados que pertenecen a la Commonwealth.
En el caso de que la enfermedad del monarca se complicase en exceso y el estado físico de Carlos III fuese tan grave que no pudiese asumir ninguna de sus funciones, la Corona se vería obligada a declarar una regencia, que recaería sobre la primera persona que está en la línea de sucesión, es decir, el primogénito del rey, el Príncipe William. Para que la regencia se produzca, tiene que haber conformidad, y se produciría una votación que debería ser aprobada por mayoría absoluta y en la que participarían la reina consorte Camillla Parker-Bowles, el lord canciller (actualmente es Habana Mahmood), el lord presidente del Tribunal Supremo de Inglaterra (es la Baronesa Carr de Walton-on-The-Hill), además del maestro de listas. La regencia terminaría si el rey recuperase su salud o pudiese volver a atender sus compromisos. Y, ojo, porque en este caso cabría la remota posibilidad de que el príncipe Harry ocupase la regencia. ¿Cómo? Sólo en el hipotético caso en el que su hermano William fuese declarado incapaz, pues actualmente el siguiente en la línea de sucesión es el pequeño príncipe George, pero no podría ejercer de rey hasta cumplir la mayoría de edad.

El príncipe Harry, "desentrenado de los deberes institucionales"
A pesar de esta remota opción, los expertos en el tema han apuntado que el marido de Megan Markle está desentrenado en cuando a deberes institucionales, pero lo que haría imposible que ocupara la regencia es que, como se ha apuntado anteriormente, renunció a sus deberes reales. Según algunos expertos, otra opción que se barajaría a la hora de elegir a un regente sería la de la princesa Ana, hermana de Carlos III, quien es conocida por ser una de las "royals" más dada a asumir compromisos institucionales, incluso más que los propios príncipes de Gales, que han aligerado mucho su agenda en los últimos tiempos dada la enfermedad de Kate.
La última de las opciones, poco probablemente escogida por Carlos III, es la de la abdicación, dejando así directamente el trono en manos de su hijo William. Para hacer oficial su abdicación, el monarca primero debería hacer una declaración formal en la que indique que ya no desea servir como monarca. Después de eso, el Parlamento de Reino Unido tendría que aprobar una Ley de Abdicación.

La perspectiva de los Príncipes de Gales de asumir el trono antes de lo esperado les habría provocado una "intensa ansiedad", algo que no sería de extrañar dada la propia lucha que Kate Middelton también está llevando a cabo contra su propio cáncer. Veremos si la enfermedad obliga a tomar una decisión u otra, aunque la voluntad de Carlos III por seguir en su trono va a ser una lucha encarnizada contra el cáncer posiblemente hasta el final de sus días.