Curiosa coincidencia en el tiempo que las infantas Elena y Cristina hayan vuelto a la escena pública unos días antes de que su hermano, don Felipe, celebre el 10º aniversario de su proclamación. Curiosa sincronía en este manejo de los tiempos de la agenda. Los tiempos siempre cuentan. Y que la infanta Elena reapareciera en dos actos institucionales, siendo ella familia del Rey y no Familia Real nos llamó la atención. En este contexto todo está a punto para la celebración del décimo aniversario de don Felipe como jefe del Estado.
En concreto el acto que presidió Elena fue la entrega de premios de la 33ª edición de Pintura Infantil y Juvenil para centros escolares. Unas distinciones de Patrimonio Nacional que se otorgaron en la Galería de la Colecciones Reales, en el Palacio Real de Madrid. Fue el pasado jueves 6 de junio. Hizo doblete esa semana porque tres días después, el domingo 9, acudió a la corrida de la Beneficencia en Las Ventas, con Sebastián Castella y Fernando Adrián en el cartel, tras la retirada de Morante de la Puebla. Llama la atención que en una semana la infanta tenga dos compromisos de agenda cuando desde hace años está desaparecida de las labores de representación de la Casa.
Igual que llamó la atención que la infanta Cristina apareciera en la entrega de becas de postgrado de la Fundación "la Caixa". Un evento que, además, presidía su hermano. Fue el pasado 5 de junio. La infanta, como directora del área de internacional de la fundación, asistió a este acto. Era de su competencia y también de su campo de trabajo, pero otros años no había acudido. Se sentó apenas una fila por detrás del monarca y apenas unas butacas de distancia.Entre ellos hubo no un saludo público, que se habría interpretado como el saludo de la reconciliación. Pero Cristina estaba allí y hubo una foto en la que aparecen ambos. Un gesto que proyecta acercamiento cuando este miércoles 19 el Rey celebra su décimo aniversario.

El tiempo juega a favor del deshielo entre los hermanos. Es decir, que después de revocarle el título de duquesa de Palma, después de apartarla de funciones de representación y dejarla invisibilizada por el proceso Nóos y después, también, de firmar su divorcio con Iñaki Urdangarin, parece que el Rey ha rehabilitado a Cristina para la escena pública.