Casas Reales

La infanta Cristina se desmelena en el carnaval de Las Palmas: selfies, bailes y muchas risas

Ha sido firmar el divorcio y soltarse la melena. La infanta Cristina da carpetazo a su matrimonio con Iñaki Urdangarin y el dolor que le supuso ponerle fin para recuperar la sonrisa y disfrutar de los mejores planes al lado de sus incondicionales. El pasado fin de semana, la segunda hija de los eméritos voló hasta Las Palmas, donde la esperaba Alexia de Grecia, para vivir en primera persona los divertidos carnavales de la isla.

Vestida de azul y con el pelo recogido en una coleta informal, doña Cristina disfrutó del desfile de comparsas de la calle Albareda junto a su prima y el marido de esta, Carlos Morales. Charlaron y comentaron sobre los disfraces y los bailes, grabaron con sus teléfonos móviles y hasta se hicieron selfies con los vecinos que reconocieron a la infanta.

La hija de Constantino y Ana María de Grecia se ha convertido en uno de los pilares fundamentales de Cristina. Su amistad se fortaleció durante su adolescencia y juventud, hasta tal punto que la griega se instaló en Barcelona para estar más cerca de su amiga. Aquí conoció al arquitecto canario Carlos Morales, con el que contrajo matrimonio en Londres, en 1999. Tienen cuatro hijos, Arrietta, Ana María, Carlos y Amelia, y viven en Lanzarote.

El divorcio de la infanta

Doña Cristina e Iñaki Urdangarin pusieron fin a su matrimonio el pasado en enero de 2022 tras la publicación de unas imágenes en las que el yerno real aparecía en actitud muy cariñosa con su compañera de trabajo, Ainhoa Armentia. Su divorcio no llegó hasta el pasado mes de diciembre, tras un largo periodo de conversaciones y negociaciones con muchas condiciones sobre la mesa. Esperaban, además, que la menor de sus hijos, Irene, cumpliera los 18 años para no tener que discutir sobre su custodia.

Finalmente, Iñaki no recibirá ni pensión ni indemnización, como solicitaba en un primer momento.

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