El divorcio de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin se fraguó siguiendo un guion. Se cerró a principios de enero. Para entonces, ya estaba todo hecho, tal y como deslizó sin querer la infanta Elena y contamos en exclusiva. Solo faltaba la firma que ponía fin a esta etapa de impass en el matrimonio y que también les impedía pasar página y rehacer sus vidas. Y llegó la firma, confirmó Hola. Ahora conocemos cómo se enteró la familia Borbón. Fue Cristina quien se lo contó a su madre, Sofía. Lo publica El Confidencial Digital.

Durante la Nochebuena, que se celebró en el Palacio de la Zarzuela, en Madrid, Cristina tuvo la oportunidad de confiarle a su madre la noticia de su divorcio, detalla el mencionado medio. Confirmaba, pues, este acuerdo para respiro de la infanta, que iba para dos años manteniendo un duro equilibrio de imagen en actos públicos. La ex duquesa siempre ha proyectado una fortaleza de un ánimo inalterable mientras su marido paseaba con su novia vitoriana, Ainhoa Armentia. Este 2024 ha llegado para ella como agua de mayo. Un alivio que compartió con doña Sofía con el fin de esta tuviera conocimiento de ello de primerísima mano. Publica el mismo digital que una vez que la emérita lo supo se lo contó a su hijo. Así es como don Felipe conoció que su hermana había disuelto, formalmente, su matrimonio. Fue en Barcelona, ante notario y en secreto.
Poco después de las fiestas navideñas, el día 5 de enero, llegó el sonado cumpleaños de don Juan Carlos. Un evento, en Abu Dabi, que se convirtió en un cónclave borbónico al que asistieron sus hijas y algunos de sus nietos. Durante la fiesta, el emérito felicitó a Cristina por haber cerrado por fin este capítulo interminable de su vida. En su proceso de divorcio, su padre, ha sido su respaldo más sólido. Él y su hermana, Elena.
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