La salud es lo primero. Camilla, de 76, años lo tiene muy claro. La reina, la persona más próxima a Carlos III, permanece junto al monarca en su residencia privada de Birkhall, en Aberdeenshire (al norte de Escocia), en estos días previos a su ingreso hospitalario para ser intervenido de próstata. El soberano, de 75 años, conocido como el rey workaholic por algunos medios, presidió en 2023 más de 500 actos de agenda, según publica Daily Mail. De estos compromisos, 94 fueron en el extranjero.
El Rey tiene que centrarse en su salud, en su tratamiento, que comienza esta misma semana, y en su posterior recuperación. Una etapa que le obligará a levantar el pie del pedal del acelerador en el trabajo. La propia Camilla, convertida en su portavoz de forma espontánea, deslizó hace unos días que su marido "está bien". Carlos III se encuentra descansando y ha despejado su agenda por prescripción médica desde el pasado jueves, motivo que precipitó el anuncio por parte de Buckingham de su estado de salud.
De hecho, tan consciente es la reina de que el monarca debe reducir la intensidad y el estrés del trabajo que le habría sugerido que "baje el ritmo", según detalla The Sun. Tras la intervención de próstata, el Rey deberá centrar sus esfuerzos en la convalecencia y en la recuperación, un proceso que podría prolongarse durante un mes, tal y como avanza Daily Mail. Esto nos llevaría a mediados de febrero, mes en que algunos medios españoles señalaban que se produciría la visita de Estado a España del Rey de Inglaterra y de su mujer.
Mientras los Windsor se encuentran a la espera del ingreso del soberano, Kate Middleton permanece hospitalizada en The London Clinic, en la capital desde el martes pasado. La princesa de Gales, de 42, fue operada de una cirugía abdominal y lo único que ha trascendido por los canales oficiales es que su intervención no está relacionada con ningún proceso canceroso. Una prolongada hospitalización que ha despertado la rumorología sobre su estado.

El modo en que Buckingham ha abordado las comunicaciones de la enfermedad de Carlos puede impulsar cierta apertura en la llamada cultura del silencio de palacio. Por deseo del propio soberano, la Casa Real va a informar sobre su evolución con el objetivo de concienciar a la población masculina a que se haga los chequeos pertinentes para prevenir enfermedades en la próstata.
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