La imagen de Margarita junto a don Juan Carlos está tomada en Estocolmo, hace ocho años, durante los actos por el 70 cumpleaños de Carlos Gustavo de Suecia. En la foto vemos que doña Sofía mira ya para otro lado, todo un símbolo de lo que nos pide el cuerpo hacer si comparamos la abdicación de la Monarca danesa con la que nuestro Emérito se vio obligado a llevar a cabo diez años atrás.
Margarita II de Dinamarca, la monarca viva con más tiempo en el trono, clausura este domingo 52 años de reinado para abdicar en favor de su primogénito, el príncipe Federico. En realidad, a la inmensa mayoría de los españoles esta información (histórica, por otra parte), no nos afecta apenas. Sin embargo, la noticia nos llega tras el escándalo protagonizado por la mexicana Genoveva Casanova con el heredero que este domingo releva a su madre en la jefatura del Estado y de la Iglesia.
Pero sobre todo resulta inevitable comparar las abdicaciones de su jefa de Estado y del nuestro, hace casi diez años. La Emérita danesa se va por la puerta grande. Mientras que nuestro Emérito lo hizo por la trasera y aún una década después sigue hostigando a la Corona con fastos de cumpleaños y cortes paralelas como la que exhibía la portada de la revistas Hola esta semana.
Ambos, Margarita y Juan Carlos, son coetáneos, cabezas de monarquías europeas, y democráticas, con lazos familiares. Por otra parte, y dado que estamos ante otra democracia europea cuya forma de Estado es similar a la nuestra, surgen los paralelismos y por eso observamos con cierta atención a nuestro alrededor: sale muy perjudicado Juan Carlos de Borbón y Borbón cuando hacemos una inevitable comparación con Margrethe Alexandrine Þorhildur Ingrid. El padre de Felipe abdicó también en su primogénito, en 2014, pero por razones muy distintas a las que han llevado a la actual monarca a pasarle el trono a su hijo.
Una se va por la puerta grande, con una aplastante mayoría de la opinión pública a su favor, una trayectoria impecable y más bien siendo víctima y bombero en los escándalos de su marido y y sus hijos, en lugar de protagonizarlos. Mientras que en España observamos con vergüenza o disimulamos cómo el dinero público pagó y escondió los amores extraconyugales de Juan Carlos I, con la connivencia de presidentes de Gobierno o ministros, o cómo creció su colosal y misteriosa fortuna personal a la sombra de su reinado, en Dinamarca los súbditos de Margarita se temen que la impecable imagen de su Casa Real se contamine de la conducta de Federico, el "príncipe turbo", a quien no solo han afectado escándalos de faldas sino de compras inmobiliarias.
Mejor, una mujer en el Trono
La mala noticia, seamos claros, es que cambiamos una mujer por un hombre. La buena, que nosotros tenemos un rey impecable y en la línea sucesoria llega una mujer. Los ejemplos del Reino Unido o la propia Dinamarca son ilustrativos. Isabel II, es conocido, se planteó la abdicación y no lo hizo. Margarita, de 83 años, anunció por sorpresa en su discurso de Fin de Año que dejaría el trono, aludiendo a problemas de salud y a la necesidad de dar paso a la nueva generación, justo el día en que se cumplen 52 años de su subida al trono.
En las monarquías nórdicas no es costumbre abdicar: el último precedente en Dinamarca se remonta a 1146, cuando Erico III abandonó el trono para retirarse a un monasterio.
La sencilla ceremonia y el cambio en la jefatura del Estado
El príncipe Federico y su esposa, la princesa Mary, abandonarán este domingo en coche el complejo palaciego de Amalienborg y, dos minutos después, hará lo propio en carroza la reina, para dirigirse al castillo de Christiansborg, a 1,5 kilómetros de distancia y sede del Parlamento.
Allí comienza a las 14.00 (hora peninsular) un Consejo de Estado en el que Margarita II firmará su declaración de abdicación: en el momento en el que lo haga, se efectuará el cambio en el trono, aunque la proclamación en sí de Federico X, que corre a cargo del jefe de Gobierno de turno, no se producirá como tal hasta las 15.00.
Tras las palabras de la primera ministra, Mette Frederiksen, el ya entonces Federico X pronunciará un breve discurso y se lanzarán tres rondas de 27 salvas desde una fortaleza militar en el puerto.
Antes de la proclamación, y después de hacerse efectiva la sucesión, Federico y la nueva reina Mary celebrarán una pequeña recepción en la que estarán presentes Frederiksen y los presidentes de Groenlandia y las Islas Feroe, territorios autónomos daneses, entre otros.
No habrá invitados de la realeza de otros países a los actos, siguiendo la tradición danesa, que tampoco incluye ninguna coronación, ha informado la Casa Real, pero sí acompañarán a Federico su hermano menor, el príncipe Joaquín; y, a Mary, su hermana mayor.
Las autoridades no nos han dado cifras estimativas, pero hemos podido calcular que se espera que miles de daneses se acerquen a la capital para seguir el histórico acontecimiento: muchos hoteles han colgado el cartel de lleno y, a principios de semana, apenas quedaban ya billetes de avión y tren a la capital.
Las previsiones meteorológicas dan un respiro u homenaje a la Monarca saliente: para Copenhague apuntan a un día seco y con 2-3 grados cuando empiecen los eventos, temperaturas sensiblemente superiores a la de días pasados.
Cuando los nuevos reyes y la reina Margarita, que conservará su título, estén de vuelta en Amalienborg, se realizará luego la transferencia de estandartes reales del palacete de Christian IX, residencia de la monarca saliente, al de Federico VIII.
Margarita no tendrá que autoexiliarse, no tiene que defenderse en los tribunales y no se le conocen escándalos amorosos o económicos: más bien los ha tenido que sofocar
En ese momento, Dinamarca tendrá una reina Emérita, como nosotros, aunque ella será la reina Madre, no tendrá que autoexiliarse, y podrá estar en palacio o representar a su país con honores cuando le plazca. Ella nació el 16 de abril de 1940 en el palacio de Amalienborg en Copenhague, apenas una semana después de la invasión de Dinamarca de la Alemania nazi el 9 de abril de 1940. Don Juan Carlos de Borbón y Borbón no nació en su país, sino en Roma, el 5 de enero de 1938, en plena Guerra Civil.
Don Juan Carlos fue idolatrado por su labor en la Transición. No solo en España. La revista Time lo consideró uno de los héroes más improbables e inspiradores de la libertad del siglo xx tras enfrentarse a los sublevados y doblegar el intento de golpe militar de febrero de 1981 que pretendía subvertir la joven democracia posfranquista.
Desgraciadamente, su imagen empezó a deteriorarse a raíz del caso Nóos, que implicó directamente a la infanta Cristina, y culminó con el ingreso en prisión de Iñaki Urdangarin. Pero fue en 2012 cuando comenzó una cuesta abajo patética: don Juan Carlos sufrió el accidente en Botsuana, y se supo que había viajado al país africano para participar en una cacería de elefantes patrocinada por influyentes hombres de negocios saudíes y organizada por su amante Corinna Larsen.
En junio de 2014 abdicó en su hijo Felipe en condiciones muy distintas a las que este domingo va a hacer lo mismo Margarita II de Dinamarca. En España se decretó que Juan Carlos conservara de forma vitalicia y honorífica el título de rey, el tratamiento de Majestad y honores análogos a los del heredero de la Corona. Pero cinco años después, en junio de 2019, comunicó que abandonaba definitivamente la vida institucional, y un año más tarde, debido a las crecientes sospechas de corrupción, fue humillado públicamente y despojado por Felipe VI de la asignación presupuestaria que venía percibiendo de la Casa del Rey.
El 3 de agosto de 2020, la Casa del Rey hizo pública la voluntad de Juan Carlos de abandonar España ante la repercusión pública generada por "ciertos acontecimientos pasados" de su "vida privada", sin precisar el país de destino, aunque dos semanas después fue la propia Casa del Rey la que, ante las crecientes especulaciones mediáticas y políticas, comunicó que Juan Carlos se encontraba en Abu Dabi, capital de los Emiratos Árabes Unidos (concretamente reside en la Isla Zaya Nurai).
Margarita II, una reina modélica, como su colega de la Casa Windsor, frente a un autoexiliado, con la imagen por los suelos que filtra su cumpleaños a las revistas para enredar
El 2 de marzo de 2022, la Fiscalía Anticorrupción archivó las tres causas en curso contra Juan Carlos al considerar que las mismas o estaban prescritas o no se podía imputar "ilícito alguno" por haber tenido lugar con anterioridad al año 2014, cuando el monarca estaba sujeto a la inviolabilidad que recoge la Constitución española. Pero para la Historia Margarita II será, por lo que sabemos hasta ahora, una reina modélica, como su colega de la Casa Windsor. Mientras tanto, don Juan Carlos celebra en su exilio de la península arábiga cumpleaños que salen en la portada de la revista Hola, celebra fastos con una especie de corte paralela, que le anima y aplaude en el disparate, hace ostentación de su fortuna, contraprograma los actos institucionales de su hijo y de su propia nieta, como en esta Pascua Militar, y presiona, dando más problemas que soluciones. En Zarzuela ven que traerlo a España de nuevo (donde puede venir cuando quiera, pero pagando impuestos si reside y sin vivir en Palacio) y tampoco sería bueno que despidiera su vida en el exilio.
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