El pequeño Louis, benjamín de los príncipes de Gales, es el favorito de los fotógrafos que cubren la Casa Real. Louis, de 5 años, no se ha separado de su madre ni un segundo y ha seguido la solemne ceremonia muy callado, pero con el rostro de sorpresa y la boca abierta. Y nos ha dejado las imágenes más tiernas.
Junto a Louis se ha sentado su hermana, Charlotte, de 8 años. El pequeño se entretenía mirando al tendido, al soberbio techo de la abadía, a su madre, Kate, y a su abuelo Carlos, que estaba siendo coronado con todo el boato, simbología y pomposidad del momento.
Ha sido la anécdota más tierna, sencilla y cercana entre los 2.000 invitados que asistían a la ceremonia. Las cámaras adoran las caritas de Louis.
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