Se llama Operación Torre de Londres. Un dispositivo de máxima seguridad, en el que se han movilizado a miles de agentes de policía, militares e, incluso, francotiradores, se ha desplegado en la capital británica. Su misión es proteger de los ladrones de guante blanco las Joyas de la Corona, que veremos en la entronización de Carlos III, el próximo 6 de mayo. Lo publica Daily Mirror.
La Torre de Londres, que custodia la corona real, y la Abadía de Westminster, se van a convertir en búnkeres. Ni la ribera norte del río Támesis, en el centro de la capital, ni la gran iglesia gótica de Dean's Yard, escenario de la entronización, van a lucir estos días como de costumbre. Lejos de la rutina, la torre y la abadía van a aparecer acorazadas de seguridad.
Miles de agentes, entre policías, militares y francotiradores, van a custodiar los dos puntos estratétigos de la ceremonia y velar ante cualquier movimiento sospechoso de ladrones. También estará blindado el recorrido de la procesión, que arrancará en el Palacio de Buckingham y llegará hasta Westminster. En la denominada Operación Torre de Londres se desplegarán agentes de incógnito a lo largo y ancho de la ciudad. Más de 2.000 invitados asistirán a la ceremonia, entre los que se encuentran representantes de casas reales, jefes de Estado, presidentes y primeros ministros de todo el mundo.
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