Industria

Duro Felguera abandona una obra en Portugal para Tecnimont

  • Ya había construido el 30% de la planta que proyecta la cotizada en el valle de Sines 
  • Pide a los acreedores aplazar los pagos de este enero en el marco del preconcurso 
Sede de Duro Felguera en Gijón. EE

Carles Huguet
Barcelona,

Duro Felguera deja un contrato en Portugal a medias. Inmersa en preconcurso de acreedores desde mediados de diciembre, la compañía ha sometido a análisis la totalidad de las obras que tenía en marcha. Y del mismo modo que ya perdió una obra en marcha en Canadá, ahora ha dejado un proyecto que ya había iniciado en la ciudad portuguesa de Sines, en el distrito de Setúbal, que erigía para la cotizada italiana Maire Tecnimont vinculado a su división de montaje.

Fuentes financieras explican a elEconomista.es que la decisión de dar por finalizado el contrato fue tomada, en este caso, por la compañía con sede en Gijón. Las mismas voces señalan que los términos del acuerdo no eran beneficiosos a nivel financiero para el grupo, a pesar de tratarse de una obra pequeña, de pocos MW. El grado de avance de los trabajos rondaba el 30%.

De este modo, el abandono de la planta se enmarca en la revisión de las distintas unidades de negocio que está acometiendo la dirección que encabeza Eduardo Espinosa con tal de abandonar aquellas iniciativas que no encajen en los estándares de rentabilidad que pretende fijarse la organización. Por ello, podrían suspenderse otros contratos en los próximos meses.

Como explicó este medio a comienzos de enero, la compañía también perdió - esta vez por decisión del cliente, según las fuentes consultadas- el contrato con la cementera Holcim para la construcción de una planta de cemento en Canadá. La decisión se tomó, señalan las mismas voces, por el preconcurso solicitado por Duro Felguera. En el proyecto también participaba TSK.

Pero la revisión de la cartera de proyectos no es la única iniciativa del grupo para tratar de dar la vuelta a la situación financiera actual. Con ello aspira a frenar la quema de caja, pero para ganar músculo también desinvertirá activos inmobiliarios como es su sede en Gijón. Como avanzó La Nueva España, la cotizada busca entre 20 millones y 30 millones en una operación de sale & leaseback –vender el edificio y quedarse como inquilino-.

Con la inyección, por ejemplo, podrá hacer frente a los compromisos financieros que se le avecinan este 2025. Aunque el crédito de 120 millones concedido por la Sepi solo devenga intereses por el momento, la firma ya logró prolongar los vencimientos de diciembre. Lo mismo hizo con los 6 millones que adeudaba al pool bancario. Ahora, fuentes financieras explican que Duro Felguera ha solicitado un nuevo aplazamiento.

En paralelo, la empresa mantiene reuniones con los acreedores para encontrar una solución a largo plazo. A la espera están los trabajadores, que auguran ajustes aunque todavía, aseguran, no se les ha comunicado ningún plan. También está por ver si el accionista de referencia, el mexicano Grupo Prodi (55%) está dispuesto a poner más dinero para garantizar la viabilidad de la empresa.

Lo cierto es que más allá de una inyección de capital del propio Grupo Prodi, parece complicado encontrar más soluciones. Primero porque el Instituto de Crédito Oficial (ICO) no avalará el 100% de la nueva financiación que pueda solicitar a unos bancos a los que el nombre de Duro Felguera ya asusta en sus departamentos de riesgos. De hecho, tienen los avales congelados y la petición de alcanzar unas garantías de 350 millones contemplada en el plan estratégico de la cotizada parece una quimera.

Falta por ver qué papel jugará la Sepi. Para empezar, según la nueva ley concursal, los créditos públicos -como son los 120 millones ya aportados- no pueden ser sujetos de quitas y solo pueden ser aplazados. No obstante, sí está en conversaciones con la compañía para ver cómo dar apoyo adicional ante el riesgo que supone dejar caer a una empresa rescatada.