Industria

El dueño de Keraben deja Turquía y vende su azulejera tras no cumplir sus expectativas

Instalaciones de Graniser en Turquía.

Ángel C. Álvarez
Valencia,

Uno de los grandes fabricantes europeos de cerámica con una fuerte presencia en Castellón, el británico grupo Victoria, da un giro en su estrategia. El dueño de Keraben, que tras la compra del fabricante turco Graniser había puesto en marcha un plan para aumentar su fabricación en ese país por sus menores costes energéticos y laborales, se desprende de su planta.

Victoria ha hecho oficial el acuerdo para desprenderse de B3 Ceramics Danismanlik, la sociedad que produce la marca Graniser en Izmir (Turquía). Para ello ha llegado a un acuerdo con Hasan Akgün, director ejecutivo de Duratiles y miembro de la familia fundadora de Akgün Group, que opera en los sectores de materiales de construcción, automoción, seguros, logística y petróleo en Turquía, con 5.000 empleados y 17 fábricas.

El acuerdo valora la operación de venta en 36,8 millones de euros, aunque el importe que pagará el comprador en efectivo será de 10 millones de euros. El resto, 26,8 millones de euros corresponde a la deuda neta que asumirá el nuevo dueño con los activos de la empresa turca.

La desinversión se produce después de que Victoria anunciase hace apenas unos meses que su estrategia en el negocio cerámico pasaba por "una mayor fabricación en Turquía, que tiene muchas de las ventajas de costes de los fabricantes indios y, sin embargo, al estar mucho más cerca de Europa, tiene costes de transporte mucho más bajos".

Especializar las fábricas

A la vez que apostaba por integrar sus unidades productivas en España e Italia y especializar cada factoría en la fabricación de un tipo de producto concreto. En el caso español ya había decidido dejar la producción en la planta de Saloni el año pasado.

Unas medidas que llegaban después de reconocer que no estaba teniendo los resultados esperados por la caída del consumo fundamentalmente en Europa. En el el comunicado de la venta reconoce que su filial turca "se ha visto afectada negativamente por la reciente inestabilidad en varios de sus mercados clave", con lo que reconoce que la búsqueda de competitividad por costes en ese país no resulta tan sencilla como esperaba cuando adquirió Graniser en 2021.

Victoria pagó entonces 8,4 millones de euros por la empresa, además de asumir la deuda neta de Graniser por 39,8 millones, en la que se incluye una parte con los hasta ahora accionistas.

Con todo, el traspaso también incluye un acuerdo de "suministro a largo plazo" de baldosas cerámicas "específicas" para el Grupo Victoria "a precios de coste de fabricación". Una fórmula con la que la firma británica seguirá indirectamente teniendo parte de su producción en Turquía aunque sin los quebraderos de cabeza de hacer rentable la producción, pero que puede afectar a otras plantas como las españolas.

La inversión original de Victoria en Graniser buscaba la diversificación de la fabricación de baldosas cerámicas "en un entorno de precios más bajos de energía, mano de obra y materias primas", asegura. Ahora "con el acuerdo de suministro a largo plazo con costes de fabricación, esta tesis permanece completamente intacta".