Firmas
Algunas conclusiones sobre las pensiones
- La población está muy interesada en conocer la estimación de su pensión
- Lo más fácil para conseguir la máxima eficacia es una buena planificación
Carlos Herrera
El simulador que ha puesto la Seguridad Social a disposición de toda la población para la estimación de la pensión pública de jubilación se colapsó nada más ponerse en marcha. Una muestra más de cómo está haciendo mella entre los ciudadanos la necesaria reforma del sistema de pensiones para garantizar su sostenibilidad, ante los cambios demográficos por el aumento de la esperanza de vida de las personas y la baja tasa de natalidad unido a aspectos económicos relacionados, fundamentalmente, con el número de parados y de cotizantes a la Seguridad Social. La primera conclusión es que la población española está plenamente interesada en conocer la estimación de su pensión de jubilación.
Y esto es bueno ya que denota que, si bien estamos oyendo que desde la Administración se deben tomar medidas correctoras como alargar la edad de jubilación, congelar las pensiones, fomentar la natalidad e impulsar el crecimiento económico para aumentar los cotizantes, la población también está tomando conciencia de que hay que ahorrar de forma privada para complementar una pensión pública que permita mantener un nivel de vida digno en la jubilación.
Conclusión: hay que empezar a ahorrar cuanto antes para planificar de forma eficiente nuestros ingresos cuando dejemos de trabajar.
La Administración debe ayudar para conseguir este objetivo con incentivos fiscales para fomentar el ahorro privado y potenciando decididamente el ahorro a través de la empresa (planes de pensiones del sistema de empleo) y con fórmulas imaginativas para favorecer que los beneficiarios de los distintos sistemas de previsión social complementaria opten por percibir la prestación en forma de renta (más que en forma de capital). Pero también es cierto que los ciudadanos tienen que mover ficha para conocer a través de que producto ahorrarán para la jubilación (planes de pensiones, planes de previsión asegurados (PPA), planes individuales de ahorro sistemático (PIAS), seguro individual de ahorro a largo plazo (SIALP), seguros unit linked...).
Conclusión: no hay sólo un instrumento de ahorro para conseguir ingresos que complementarán la pensión pública.
Sin embargo, escoger un producto u otro (o una combinación de ellos) dependerá de factores como la aversión al riesgo, la fiscalidad del producto, tanto en el momento de las aportaciones (planes de pensiones y PPA's) como en el momento de las prestaciones (PIAS, SIALP), la edad (la gente joven debe apostar por planes de pensiones con mayor porcentaje de renta variable), la posibilidad de hacer aportaciones periódicas para ahorrar como una hormiguita (y para invertir en diferentes periodos del año), o la entidad que gestionará nuestros ahorros (experiencia, resultados históricos de rentabilidades y fortaleza financiera).
Conclusión: hay que diversificar las aportaciones destinadas al ahorro a largo plazo.
Esta diversificación se puede conseguir destinando una parte de las aportaciones a un plan de pensiones que invierte en renta variable, otra parte a un plan de renta fija mixta (su fondo tiene hasta un 30% en renta variable) y una tercera a un plan de previsión asegurado (PPA); también se puede diversificar en repartir el ahorro en diferentes entidades y es aquí cuando entra la subasta de los regalos para conseguir clientes, que se concentra en los dos últimos meses de cada año, por lo que el ahorrador deberá poner atención de las comisiones de gestión y de depositario, de la calidad de gestión de la entidad, de su fortaleza financiera y de solvencia.
Conclusión: las condiciones de producto son mucho más importantes que un regalo o una bonificación por traspaso de un plan de pensiones, que además obligará al ahorrador a estar vinculado a esa entidad durante un cierto tiempo.
Pero lo más fácil para que el ahorrador consiga la máxima eficiencia de la planificación financiera de su jubilación es acudir a un asesor financiero, que le ayudará a escoger el producto más adecuado en base a su perfil de riesgo, a diversificar adecuadamente el ahorro, no sólo teniendo en cuenta las diferentes condiciones de producto sino también en base a la capacidad de ahorro de la persona y de sus necesidades a nivel fiscal.
Conclusión: el ahorrador tiene que acudir a un asesor financiero certificado, que acredite poseer los conocimientos, habilidades y dominio de las herramientas para asesorar en el diseño e implementación de un completo plan financiero para la jubilación.