Evasión

La grandeza e importancia de Armani en la cultura: diez episodios para entender al modista, empresario y artista


Lucas del Barco

Giorgio Armani, uno de los grandes titanes de la moda mundial, ha muerto a los 91 años dejando tras de sí un legado que trasciende las pasarelas. Armani fue un hombre que combinó lo clínico de la medicina, lo arquitectónico del diseño, lo estratégico de la empresa y lo poético del arte. Creó un lenguaje visual donde la ropa era poder, refugio y declaración cultural.

En la historia de la moda, su nombre ocupará un lugar junto a Chanel, Dior o Yves Saint Laurent. Pero su grandeza radica en haber convertido la elegancia en algo silencioso, eterno y universal. Giorgio Armani ya no está, pero su influencia seguirá viva en cada traje, en cada alfombra roja y en cada mujer u hombre que encuentre seguridad y belleza en la sobriedad de su estilo. Conocido por haber creado un estilo que combinaba suavidad y poder, Armani se convirtió en símbolo de la elegancia italiana, conquistó Hollywood, construyó un imperio empresarial valorado en miles de millones de dólares y, hasta sus últimos días, conservó el control absoluto de la compañía que fundó en 1975.

Giorgio Armani

El Grupo Armani confirmó la noticia a través de un comunicado en el que subrayó que el diseñador "trabajó hasta el final, dedicándose a la empresa, a las colecciones y a los múltiples proyectos en curso". Esa constancia define la vida de un hombre que rechazó etiquetas grandilocuentes —aun cuando la prensa lo bautizó como "el rey de la moda"— y que resumió su éxito en dos palabras: trabajo humilde. Para entender la magnitud de su figura, conviene recorrer diez episodios que muestran la influencia de Giorgio Armani como modista, empresario y artista.

1. Infancia marcada por la guerra y el fuego

Nacido en Piacenza, al norte de Italia, el 11 de julio de 1934, Giorgio Armani fue el segundo de tres hermanos. Su padre trabajaba en una compañía de transporte y su madre se ocupaba del hogar. Su niñez estuvo atravesada por el fascismo y la Segunda Guerra Mundial, experiencias que lo marcaron profundamente.

Un accidente selló su destino: a los nueve años, mientras jugaba cerca de un cine, un proyectil sin detonar estalló y lo envolvió en llamas. Estuvo 20 días inconsciente en el hospital y soportó curas dolorosas en alcohol puro para regenerar la piel. Solo quedó una cicatriz en su pie, pero aquel episodio le inculcó disciplina y resistencia. De adolescente quiso ser médico. Ingresó en la Facultad de Medicina de Milán, donde estudió tres años antes de abandonar para cumplir con el servicio militar. Esa vocación frustrada se transformaría en otra: la de observar el cuerpo humano con la precisión clínica de un cirujano, pero a través del diseño de ropa.

2. De la arquitectura al escaparate

Tras dejar el ejército, Armani comenzó a trabajar como escaparatista en los grandes almacenes La Rinascente, en Milán. Allí desarrolló su sensibilidad estética y su sentido del espacio, diseñando interiores y presentaciones comerciales. En la década de 1960 entró al mundo de la moda masculina de la mano de Hitman, empresa vinculada a Nino Cerruti. Como diseñador freelance, aprendió los secretos de la sastrería y perfeccionó una mirada que mezclaba rigor arquitectónico y libertad creativa.

3. El encuentro con Sergio Galeotti: nacimiento de un imperio

El verdadero punto de inflexión en su vida llegó en 1966, cuando conoció a Sergio Galeotti, un joven delineante toscano diez años menor que él. Galeotti se convirtió en su pareja sentimental y en su socio empresarial. Fue quien lo animó a independizarse.

En 1975 fundaron Giorgio Armani S.p.A. con oficinas en Milán. Mientras Galeotti se ocupaba de la gestión, Armani se concentraba en la creatividad. El binomio funcionó a la perfección: en apenas una década, la firma se convirtió en sinónimo de un nuevo lujo basado en líneas suaves, colores neutros y materiales naturales. La muerte de Galeotti en 1985, víctima del sida, marcó un antes y un después. Armani asumió el control total de la empresa y redobló su empeño por mantenerla independiente frente a la voracidad de los grandes conglomerados.

4. La revolución del traje: suavidad con poder

El aporte estilístico más decisivo de Armani fue la transformación del traje masculino. En los años setenta y ochenta eliminó hombreras, forros rígidos y estructuras pesadas. El resultado fue un atuendo flexible, con hombros suaves, que otorgaba elegancia sin rigidez.

En 1975 fundó su marca cuya sede se fijó en Milán

Ese traje relajado se convirtió en el uniforme de ejecutivos en Wall Street, abogados de Madison Avenue y agentes de Hollywood. Para los hombres representaba autoridad sin ostentación; para las mujeres, una alternativa poderosa frente al tradicional conjunto de falda. Armani ofreció un lenguaje de vestimenta andrógino, sobrio y sofisticado, que redefinió el concepto de "power suit" tanto para hombres como para mujeres.

5. Hollywood: de American Gigolo a los Óscar

El salto internacional llegó con el cine. En 1979, el director Paul Schrader vio una colección de Armani en Milán y decidió incorporarla en su película American Gigolo. Aunque el protagonista inicial iba a ser John Travolta, finalmente fue Richard Gere quien encarnó al personaje vestido con trajes Armani. El estreno en 1980 catapultó al diseñador a la fama en Estados Unidos.

Richard Gere, Lauren Hutton y Giorgio Armani

A partir de entonces, Armani firmó el vestuario de más de 250 películas, entre ellas Los intocables (1987), El caballero oscuro (2008) o Elysium (2013). Pero su mayor conquista fue la alfombra roja. En 1990, Women's Wear Daily bautizó la ceremonia de los Óscar como "Los premios Armani" porque vistió a Tom Cruise, Julia Roberts, Michelle Pfeiffer y Rosie Pérez, entre muchos otros. Desde entonces, su nombre quedó ligado para siempre al glamour de Hollywood.

6. La estética del silencio

A diferencia de otros diseñadores barrocos o estridentes, Armani construyó su imperio sobre la discreción. Prefería los tonos neutros —el célebre greige, mezcla de gris y beige—, las líneas puras y los materiales nobles. Su concepto de lujo era casi susurrante: refinamiento que no necesitaba gritar. Como señaló Michael Kors en 2024, "Armani logró un equilibrio perfecto entre suavidad y poder". Esa filosofía se extendió a sus colecciones de alta costura, maquillaje, fragancias e incluso decoración. Todo transmitía un mismo mensaje: la elegancia auténtica no necesita ostentación.

7. Empresario y soberano independiente

Armani se definía como "diseñador-empresario". En un mundo dominado por gigantes como LVMH o Kering, mantuvo su empresa en manos privadas. Hasta su muerte fue el único accionista, con ingresos anuales que en 2023 superaron los 2.600 millones de dólares.

Armani se definía como "diseñador-empresario"

El grupo abarca moda masculina y femenina, Emporio Armani, Armani Privé, línea de hogar, hoteles, restaurantes, cosméticos y más de 2.500 tiendas en el mundo. Pese a su fortuna —y a poseer mansiones en Nueva York, París, Antigua, Milán o Saint-Tropez, además de un yate verde oscuro—, Armani se enorgullecía de acudir cada mañana a su oficina y supervisar cada detalle.

8. Entre Oriente y Occidente: influencias culturales

Su inspiración fue global. Fascinado por la cultura asiática, dedicó colecciones a Japón y China. La película Kagemusha de Akira Kurosawa inspiró su colección "Samurái" en 1981. En otras temporadas reinterpretó túnicas, kimonos y bordados orientales con su sello minimalista. Este diálogo entre Oriente y Occidente amplió la paleta cultural de la moda europea y demostró la capacidad de Armani para reinventarse sin perder coherencia.

9. La última etapa: legado y vigencia

A los 90 años seguía presentando desfiles en Milán y París. En 2024 celebró los 50 años de su casa con un desfile de 93 looks en Nueva York y abrió un edificio de 12 plantas en Madison Avenue que incluye tiendas, restaurante, residencias de lujo y un apartamento para él mismo.

El grupo de moda tiene más de 2.500 tiendas repartidas por el mundo

Su visión se mantenía vigente entre las nuevas generaciones. Marcas como Kith u Our Legacy colaboraron con Armani en colecciones juveniles, y diseñadores emergentes lo reconocían como su principal inspiración. En sus últimas entrevistas insistía en un valor esencial: la humildad. "En este negocio abundan los egos desmedidos. Lo importante es permanecer modestos", dijo en 2024.

10. El futuro sin Giorgio Armani

Tras su muerte, queda abierta la incógnita sobre el destino del imperio. Sus herederos —entre ellos su hermana Rosanna, sus sobrinas Silvana y Roberta, y su sobrino Andrea, además de su mano derecha Leo Dell'Orco— deberán decidir si la empresa seguirá independiente, si abrirá su capital o si acabará absorbida por un conglomerado. Sea cual sea el rumbo, la vara está altísima. Armani deja un legado comparable al de Coco Chanel: no solo diseñó ropa, sino que cambió la manera en que la sociedad se viste, trabaja y se representa a sí misma.