Evasión

Al Oeste del Finde con Andrés Arconada: 'La muerte tenía un precio', el exitoso spaghetti western que Clint Eastwood rodó en Madrid


Andrés Arconada

En los años 60 el popular director italiano Sergio Leone quiso adentrarse en el mundo del wéstern dejando de lado sus populares péplum, o películas de romanos, con las que se hizo célebre. De una forma inconsciente creó lo que se ha dado en conocer el Spaghetti western que tantas y tantas películas conllevó y que fueron llevadas a cabo con mayor o menor fortuna. Muchas de ellas, por cierto, fueron rodadas en nuestro país. Leone eligió las tierras de Almería, la sierra de Madrid y otras localidades para rodar su trilogía conocida como La trilogía del dólar: Por un puñado de dólares, La muerte tenía un precio y El bueno, el feo y el malo.

Las tres tenían en común la presencia de un actor que todavía no era una estrella y que respondía al nombre de Clint Eastwood. Un actor que nunca estuvo muy convencido de hacer el primer título para el que exigió un corte total de diálogos, una vestimenta muy especial como su famoso poncho y su purito siempre en la boca. Algo que se convertiría en una marca de las tres películas.

He elegido La muerte tenía un precio porque para mí, y aquí coincido con Tarantino, es la mejor de las tres. ¿Por qué?, os preguntaréis: porque sus personajes centrales son icónicos, están llenos de carisma, son imponentes y genuinos. Leone vuelve a llenar la película de primeros planos y escasos diálogos ya que el peso de la trama recae en las miradas, los gestos y por supuesto en cómo están fotografiados. Sergio Leone supo perfeccionar su técnica con momentos grandiosos finalizados con un clímax bastante inesperado con los que logra, sobre todo en su final, que nos expliquemos toda la trama principal.

Sus secuencias hoy vistas de nuevo siguen siendo brillantes y confirman cómo se puede hacer un wéstern de alguna manera grasiento, sudoroso, sangriento y por supuesto violento. Un gran espectáculo que cautivó a millones de espectadores en el momento de su estreno y que llevó a la cima a su compositor, el grandísimo Ennio Morricone, que ya en sus títulos de crédito supo imponer su impronta e hizo inolvidable la música con la que acompañó a toda la película convirtiéndose ésta en un personaje más.

El argumento de La muerte tenía un precio es sencillo, de nuevo el director vuelve a elegir a tres personajes centrales, lo decidió así por lo que bien que le había funcionado en la primera de la trilogía. En esta ocasión dos cazadores de recompensas, Monco y Col (Clint Eastwood y Lee Van Cleef, éste en uno de los pocos personajes en los que hacía de bueno) deciden unirse para encontrar a un pistolero (Gian Maria Volonté), aunque por motivos muy diferentes. Así arranca esta historia que nos vuelve a enganchar y donde la palabra compasión no se utiliza en ningún momento. Sigue siendo atractivo poder contemplar a personajes que en su totalidad no son buenos aunque, eso sí, nos pongamos del lado de los cazarrecompensas ya que el perseguido es todavía peor.

Todos son personajes sin escrúpulos a los que a priori sólo les importa el dinero, de esta forma comprobamos cómo es posible que a través de una trama simple se pueda hacer maravillas. Es una auténtica lección de entretenimiento y eso nos lleva a reivindicar a Sergio Leone como un director a seguir. La muerte tenía un precio es totalmente disfrutable. La podéis ver en Prime Video.