Evasión

El whisky pura malta de 25 años que es el nuevo favorito de los expertos: una edición exclusiva madurado en barricas de roble

Fuente: Istock

María León

Más allá de ser una simple bebida, para muchos el whisky es una tradición que conlleva un minucioso ritual. Disfrutar de un buen trago es algo que solo los expertos saben apreciar. La variedad es prácticamente infinita y en el mercado encontramos muy buenas opciones, algunas bastante asequibles. Ahora bien, si hablamos de primeras calidades, el círculo se reduce considerablemente y últimamente en el radar de los entendidos en whisky se ha colado una nueva botella.

Un homenaje a la tradición japonesa

La prestigiosa casa japonesa de Suntory lo ha vuelto a hacer, esta vez con una expresión más añejada. Estamos hablando de su último lanzamiento, Yamazaki 25 years Old Mizunara, un lanzamiento que combina los dos pilares fundamentales de la casa: el venerado Mizunara de Roble Japonés y el espíritu pionero de Yamazaki. Se trata de una rara edición y limitada, que nace como homenaje de la tradición japonesa, y cuyo precio se sitúa en los 7.900€.

Ahora bien, este whisky una experiencia completa, ya que no hace falta probarlo para saber que estamos ante un ejemplar de primera calidad. Con solo un primer vistazo, su caja de manera hecha a mano muestra un profundo respeto a las técnicas antiguas japonesas. Su diseño sigue las mismas líneas, elegantes y sofisticadas, como un adelanto de su exclusividad y noble procedencia.

| Fuente: The House of Suntory

Perfil de sabor y notas de cata

Tan solo unos pocos afortunados van a poder probarlo, pero quienes lo hagan podrán captar sus múltiples y notas. En nariz, se perciben notas ahumadas de incienso de mizunara, seguidas de un complejo bouquet de caqui maduro y notas de ciruela. Al probarlo, la casa lo describe como: "un primer sorbo ahumado de notas de sándalo de mizunara que se abren y profundizan en complejas capas de sutil dulzor de caqui, notas ácidas de ciruela ume y suaves notas especiadas de jengibre shoga".

Y el final no deja indiferente a nadie, profundo y largo con un ahumado de mizunara y persistentes notas de madera sutilmente dulces que perduran.