Evasión

Andrés Arconada recomienda 'LocaMente': el último fenómeno en Italia es una comedia dramática brillante con la que te sentirás identificado


Andrés Arconada

Acabamos agosto con una comedia dramática italiana que ha batido todos los récords de taquilla: LocaMente. Más de 20 millones recaudados hacen que el reputado Paolo Genovese, al que se le debe el éxito de Perfectos Desconocidos, que en España tuvo su remake de la mano de Álex de la Iglesia, vuelva a dar en el clavo. La originalidad de la película es primordial para la crítica de su país, todos están de acuerdo, a lo que yo me sumo, en calificarla de brillante. Un público ávido de que le sorprendan ha ido en masa a verla y, lo más importante, no ha salido defraudado.

Pese a que pueda parecer, por su planteamiento, una versión adulta y en acción real de la película Del revés de Pixar, lo cierto es que la idea le surgió al director hace 25 años, durante la grabación de un spot de televisión. Desde entonces, le ha ido dando forma. LocaMente comienza con una primera cita entre dos adultos que responden al nombre de Piero y Lara. Ambos intentan impresionarse, sin embargo, dentro de sus cabezas reina el caos y las múltiples personalidades que ocupan sus mentes (la romántica, la racional, la insegura, la feminista, la machista…) pelean por el control de la situación. Personalidades que les distraen, les seducen, les sabotean y a veces les hacen perder los nervios. Pero lo más importante, ¿quién ganará la batalla interior? ¿El corazón o el deseo?

Es una comedia de calidad y es muy fácil identificarse con lo que pasa en LocaMente ¿Cuántas veces hemos deseado que nuestra mente se despejase de tanta pregunta y la situación fluyese de otra forma? La curiosidad, el deseo y la determinación de mostrar lo mejor de nosotros mismos chocan a veces con las inseguridades, las expectativas y las sombras que todos tenemos dentro.

Los protagonistas fingen indiferencia ante las voces (en la película presenciales) pero no pueden evitar que éstas se conviertan en resortes tensos e incluso desesperados para no tomar una decisión equivocada. La película no sólo habla de emociones, sino de las personalidades que todos tenemos, lo que desemboca en las relaciones de pareja, el punto al que nos quiere llevar su director. Así muestra el cambio, casi radical, que han dado los distintos roles en los últimos tiempos. Para ello se apoya en la comedia, ya que tiene el poder de observar a la sociedad con sarcasmo y es tanto o más potente cuanto más nos afecta.

Todo nos lleva a la conclusión de que LocaMente apela a la identificación y a la empatía. Hay un elemento importantísimo en el film: el montaje está hecho con maestría. El espectador se sumerge en los tres espacios que se nos propone: la cena, la mente de ella y la de él. Y en ningún momento nos perdemos. Genovese imprime su oficio habitual y dota a la película de un ritmo perfecto para divertirnos al tiempo que describe la realidad de muchas personas de mediana edad que han fracasado en la vida sentimental en una sociedad un tanto desnortada. Consigue hacer reír y reflexionar.