Evasión

Pan en el congelador: el error que todos cometemos y que fomenta el crecimiento de bacterias

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Seguramente, en más de una ocasión hayas recurrido a la táctica de meter en pan en el congelador para alargar su vida útil y disponer de él en cualquier momento. Se trata de un método de lo más socorrido, eso nadie lo duda, pero es cierto que no está exento de peligros, por lo que es importante tener en cuenta un par de cuestiones para que esta "solución milagrosa" no se convierta en un caldo de cultivo para bacterias y comprometa nuestra salud intestinal.

Cómo congelar el pan de forma segura

Aunque parezca que este método no guarda ningún misterio, te sorprenderá saber que sí es posible cometer errores durante el proceso. En primer lugar, y una de las cuestiones más importantes, hay que cambiar la bolsa en la que viene el pan, generalmente de papel, pues introducirlo con ella es un error fatal. "Además de alterar el sabor, no impide la libre circulación del aire y, por lo tanto, la proliferación de bacterias", explican desde La Libre, un medio francés.

Es decir, aunque el pan esté sometido a bajas temperaturas y podamos pensar que nos organismos desaparecen, lo cierto es que la congelación ralentiza el proceso, pero no lo detiene. Si introducimos el pan con su correspondiente bolsa de papel, como resultado obtendremos bacterias en la miga y corteza que se reactivarán aún más rápido al descongelarse.

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Es por ello que, si queremos no comprometer nuestra salud, entonces lo mejor es utilizar en su lugar una bolsa hermética. Esta, a diferencia de la de papel, bloquea el aire y limita la proliferación de bacterias.

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Ahora bien, también es importante tener en cuenta las normas que debemos seguir durante el proceso de descongelado, ya que no todo vale. Si queremos hacerlo de forma segura, entonces debemos olvidarnos del microondas. Lo mejor es dejar que se descongele lentamente al aire libre y después, para conseguir una corteza crujiente, introducirlo un par de minutos en el horno.

Por supuesto, que el congelador nos ayude a alargar la vida útil de los alimentos, no significa que lo haga eternamente. En el caso del pan, debemos recordar que su duración máxima es aproximadamente de unos seis meses. Tampoco es correcto congelar, descongelar y volver a hacerlo, ya sea un pan casero o comprado en el supermercado.