Evasión
Parece Notting Hill, pero es uno de los barrios más bonitos de España: las mismas casas de colores, pero casi sin turistas
- Con más de 100 años de historia, es un completo desconocido hasta para algunos bilbaínos
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María León
Si hablamos de Londres, una de esas ciudades del mundo que parecen estar siempre despiertas, más allá de mencionar el Big Ben, el palacio de Buckingham o el London Eye, otra de las paradas obligatorias es el bohemio barrio de Notting Hill. Fotografías de este rincón han dado la vuelta al mundo y aunque una de las principales responsables es la romántica película de finales de los 90 que lleva el mismo nombre por título, sin duda alguna son sus icónicas casas de colores las que atraen a miles de turistas año tras año.
Ahora bien, no hace falta coger un avión y presentar el pasaporte en el aeropuerto para conseguir una foto con estas coloridas fachadas de fondo, sino que en el norte de España, concretamente en Bilbao encontramos una postal muy similar. Estamos hablando del barrio de Irala, uno de los más bonitos del país, pero que a día de hoy sigue siendo un gran desconocido para muchos.
Un completo desconocido para muchos
Bilbao es una de esas ciudades que no deja indiferente a nadie y aunque, por lo general, en las guías de viaje únicamente se mencione el casco viejo, el Museo Guggenheim o sus deliciosos pintxos, hay más allá. Pocas personas han oído hablar del barrio de Irala, incluso hay alguno que otro bilbaíno que tampoco, pese a su encanto.
Su historia se remonta más de 100 años atrás, aunque todavía se puede apreciar ese olor a pan que tanto le caracterizaba por aquel entonces. Este barrio se levantó a principios del siglo XX y su principal objetivo era el de acoger a los trabajadores de la cercana harinera industrial, Harino Panadera, de Juan José Irala. Fue este mismo el que llevó a cabo el proyecto urbanístico, que acabó recibiendo el apoyo del rey Alfonso XIII.
El resultado fue un barrio a las afueras de la ciudad, motivo quizás por el que no todo el mundo se anima a conocerlo, y cuyas casas y chalets adosados guardan un cierto parecido con Notting Hill. Ahora bien, aunque es cierto que la estética inglesa tradicional está presente en sus calles, destacan algunos elementos de estilo neovasco y modernista de la época.
Al pasear por sus calles nos damos cuenta de que sus casitas de colores no tienen nada que envidiarle a las inglesas y que además, tienen un encanto añadido. Además, a pesar del paso de los años, la harinera sigue en pie tras haber sido restaurada y declarada monumento por el Gobierno Vasco.