Evasión
En esta zona de la Costa Verde hay hermosas playas, entre templos, dunas y un mar auténtico
- Un destino que impresiona en Asturias con poco más de 5.000 habitantes
- Se insta a los hogares españoles a cerrar las cortinas y persianas a partir de esta hora: los avisos se extienden a seis regiones
- Jesús Calleja emprende medidas legales contra quienes aseguran que se alegra de los incendios en España: "He puesto una denuncia y no será la única"
elEconomista.es
Las playas del litoral de España son unas de las mejores de todo el mundo y no es raro que se atraiga año tras año a miles de turistas, extranjeros y nacionales, que vienen a pasar los meses más calurosos del año. Si el Mediterráneo es uno de los destinos favoritos, la parte del norte de nuestro país no se le queda atrás.
Y es que zonas como la Costa Verde, en la parte central de Asturias, permanece como un destino muy atractivo para hacer una escapada de uno o varios días. Entre todos los pueblos que hay para elegir hay uno que se corona por estar abrazado por acantilados verdes y el mar.
Esencia marinera
Esta villa ha sabido aunar bien su tradición con la belleza del entorno. El resultado es un pueblo aún marinero de poco más de 5.000 habitantes perfecto para los que buscan un destino con mar, cultura y mucha tranquilidad.
Luanco ya de por sí es un rincón que merece ver con arquitectura muy cuidada y calles empedradas, pero son sus aguas la joya del lugar en un Cantábrico más sereno. Puede que aquí, los más aficionados al tenis, el nombre de la playa de La Ribera les resulte familiar. Se trata del escenario del famoso torneo de tenis sobre arena.
Caminando un poco se accede a la playa de Santa Marina, algo más familiar con un oleaje suave perfecto para una jornada de agua, arena y sol.
Del día a la noche
Su atmósfera tranquila durante el día se transforma cuando llega la tarde y las terrazas empiezan a llenarse. Las sidrerías aquí son las estrellas y se pueden encontrar muy cerca del puerto con el olor a mariscada que se entremezcla con el rumor del mar.
El casco histórico es otro de esos lugares que se tienen que conocer, porque no es como el resto, sorprende de verdad. Entre sus angostas calles puedes descubrir casas llenas de color, la Plaza del Reloj con su torre barroca del siglo XVIII o caminar hasta la iglesia de Santa María que se yergue frente al Cantábrico.
Aquellos que busquen algo más único pueden visitar la ermita del Carmen, un templo del siglo XVIII que se levantó en un peñasco junto al mar. Consagrado a la patrona de los marineros, este lugar solo se puede visitar con marea baja, pero merece mucho la pena.