Evasión
Ernesto Soriano, maestro cortador de Joselito, explica los errores más comunes al conservar embutido: "Si guardas el lomo en la nevera, estropeas su sabor, textura y olor"
- Uno de los mayores errores es tratar a todos los embutidos por igual.
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María León
Podría decirse que desde el mundo es mundo, el embutido ha sido un elemento imprescindible en la dieta. A día de hoy, esto no ha cambiado y es imposible no concebir un buen aperitivo si este no va acompañado de un embutido de calidad, de queso ahumado y de encurtidos que nos hacen salivar. Ahora bien, la forma en la que los guardamos en casa marca la diferencia, pues no tenemos nada que hacer si compramos embutido de la mejor calidad, pero lo estamos almacenando de forma incorrecta.
La conservación de los embutidos es algo que debemos tener en cuenta si queremos disfrutar de todo su sabor y textura. ¿Y dónde debemos guardarlos? En la nevera, en la despensa, en un fresquera... Todo dependerá de cuál sea y el método según el tiempo en el que tengamos pensado consumirlos.
¿En la nevera o en la despensa?
En primer lugar, uno de los errores más comunes es el de tratar a todos los embutidos por igual. Es importante tener en cuenta que sus necesidades pueden ser diferentes, por lo que conocerlas y saber cómo actuar nos garantiza un mejor resultado. "El chorizo y el salchichón pueden conservarse en nevera perfectamente, aunque si tienes una fresquera mejor, pero el lomo no", explica el experto cortador.
Por lo general, estos tres tipos suelen ir de la mano y se les categoriza y trata del mismo modo, cuando no debería ser así. "El lomo debes conservarlo siempre fuera de la nevera, en un sitio fresco y seco", continúa Ernesto Soriano. Y añade: "Conservándose en nevera, el lomo tiene tendencia a salir el salitre, con lo cual nos va a estropear la textura, el sabor y el olor. Lo cambia todo".
Otros errores comunes a la hora de conservar el embutido
Ahora bien, ¿qué es lo que ocurre cuando ya hemos abierto el paquete o el envoltorio? Ernesto Soriano recalca que seguir los pasos necesarios en este momento también es clave para que no se reseque y se eche a perder antes de tiempo. "Otro error común y que todo el mundo hace es que una vez abierto, lo vuelven a meter en su propio envase", comenta. En este caso, lo mejor es envolverlo en papel film, ya que se va a adherir mejor a la pieza y, por lo tanto, habrá menos posibilidades de que se reseque.
Para finalizar, el último consejo que comparte es el experto es: "Comer todos los días un platito de embutido". De esta forma, el corte se mantendrá siempre fresco.