Evasión

Cómo comprender la importancia del cónclave del Papa: los cuatro escenarios que debes conocer sí o sí en tu visita a Roma


María León

Conocida como la 'ciudad eterna', Roma alberga algunas de las grandes maravillas del mundo. Monumentos con una larga historia detrás, antiguas ruinas romanas y una grandiosa arquitectura, es difícil no pasear entre sus calles y quedarse maravillado con los detalles. Estamos ante el momento ideal para conocer la ciudad, justo con el bullicio, la ilusión y las ganas que provoca el cónclave. Y aunque es normal que ahora mismo los cinco sentidos vayan dirigidos a la Capilla Sixtina, esperando la ansiada fumata blanca, el corazón de la ciudad esconde otras maravillas que merece la pena conocer.

Ahora bien, aunque este es uno de los escenarios más importantes en este momento, hay otros clave que explican la figura del Papa. Estas son las cuatro basílicas papales, además de estar consideradas como auténticas obras maestras de la arquitectura, todas ellas son concebidas como un símbolo espiritual e histórico de la Iglesia Católica. Caminar a través de ellas es como viajar a través de los siglos y ser testigo de la evolución por la que ha pasado Roma. Y es que, más allá de las obras que yacen en su interior, son piezas de la historia del cristianismo en Roma. Por todo ello, se sea creyente o no, las cuatro basílicas papales ofrecen una experiencia profunda.

Basílica de San Pedro

Su nombre es conocido a lo largo del mundo y no es de extrañar, ya que posiblemente se trata de una de las basílicas más famosas del mundo. Situada en el corazón de la Ciudad del Vaticano, su plaza ha sido testigo de algunos de los acontecimientos más importantes.

Grandiosidad y belleza, esas son las palabras que vienen a la mente al conocer el interior de la basílica. Con altísimas columnas, se dice que aquí descansan los restos de San Pedro. Justo encima, se sitúa el Altar papal, lugar clave y desde donde el Papa lleva a cabo importantes funciones litúrgicas.

| Fuente: Istock

Basílica de Santa María la Mayor

Arte y una arquitectura impresionante, entre las cuatro basílicas papales, Santa María la Mayor ocupa un lugar importante, al estar dedicada a la Virgen María. Fue construida durante el siglo IV bajo el mandato del Papa Sixto III y ampliada posteriormente. Además de ser la sede de Capilla Papal de la Sixtina, contiene la tumba del Papa Gregorio XIII.

Todo aquel que quiera acercarse a conocerla puede hacerlo y admirar el altar de oro y el icono de la Virgen.

| Fuente: Istock

Basílica de San Juan de Letrán

Este lugar, a menudo se ve eclipsado por la grandeza de la Basílica de San Pedro, sin embargo, ostenta un titulo aún mayor. San Juan de Letrán es conocida como la Catedral de Roma, además de ser la sede oficial del Papa. Fue construida por el emperador Constantino a principios del siglo IV y aunque ha sufrido varias remodelaciones a lo largo de los años, todavía es posible disfrutar de su encanto e historia.

Durante tu visita, no puedes no contemplar con minucia su impresionante fachada barroca, además de pasear por su interior y conocer los hermosos frescos que relatan la vida de Cristo. Al ser concebida como 'la madre de todas las iglesias', no es de extrañar que ocupe un lugar significativo para los creyentes.

| Fuente: Istock

Basílica de San Pedro Extramuros

Ubicada a las afueras del centro de la antigua ciudad romana, su construida sobre la tumba de San Pablo. De la misma forma que las tres anteriores, se trata de uno de los lugares de peregrinación más importantes de Roma. Sus orígenes se remontan al siglo IV y una de sus particularidades es su magnífica nave de 80 columnas.

En su interior, se ubica el mosaico de San Pablo, considerada de una de las obras de arte más veneradas de la iglesia. Además, es precisamente su tranquilidad y belleza, las características que convierten a esta basílica en el lugar perfecto para la oración y la reflexión.