Ni atún ni salmón: este pescado es la opción más saludable y deliciosa para el mes de mayo
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María León
Aunque es cierto que en los primeros puestos de la lista de pescados más socorridos se encuentran tipos como el salmón, la merluza o el atún, también existen otros cargados de beneficios para la salud y que están deliciosos. Pocos lo saben, pero de la misma forma que sucede con la fruta y las verduras, el pescado también va por temporada. Durante el mes de mayo encontramos opciones fantásticas a nivel nutricional como son las sardinas.
En lata o al ajillo
Es cierto que las sardinas saben a verano, sobre todo si este bocado nos traslada hasta la costa. No obstante, es ahora en mayo cuando comienzan a conquistar las pescaderías y podemos disfrutar de ellas también en casa. Una de las opciones favoritas y más sencillas es recurrir a las latas en conserva, aunque también existen otras mil formas más que tampoco implican complicaciones. Por ejemplo, al horno o al ajillo.
Más allá de su sabor, las sardinas son una excelente fuente de proteínas, vitaminas como la B12 y minerales. Para comprender sus diversos beneficios, es importante tener en cuenta que también son ricas en ácidos grasos omega-3, por lo que son cruciales para la salud cardiovascular, ósea y cerebral, como afirman los expertos.
El paso a paso
Ingredientes:
- 500 gr de sardinas
- 8 dientes de ajo
- 2 cayenas
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal al gusto
- Perejil fresco picado
Preparación:
- Limpia las sardinas correctamente. Para ello, ayúdate de unas tijeras o con las propias manos y retira la cabeza, las tripas y las vísceras.
- Sumerge las sardinas limpias en agua con hielo para terminar el proceso. Una vez que se hayan desangrado, escurre y seca con papel absorbente.
- En una sartén, añade el aceite de oliva junto con un par de cayenas secas. Incorpora también los ajos laminados. Fríe hasta que estén dorados y reserva.
- En la sartén limpia, coloca las sardinas y sala. Incorpora el aceite anterior y cocina con fuego alto. Cuando se empiecen a freír, añade un chorro de vinagre.
- Reincorpora el ajo laminado y apaga el fuego. Tapa la sartén y deja cocinar con el calor residual.