La ruta de senderismo que tienes que hacer sí o sí se encuentra en la provincia más infravalorada de Andalucía: una joya con preciosos paisajes
- Con casi 10 kilómetros, saltos de agua espectaculares y perfecta para todas las edades
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María León
En Andalucía, además de poder disfrutar de unas playas paradisíacas, de la viveza de su gente y de su maravillosa cultura, los amantes del senderismo encuentran aquí también su paraíso personal. Con paisajes espectaculares y rutas ideales para todas las edades, esta región de España demuestra que su belleza no solo se encuentra en la costa, sino que el interior oculta tesoros dignos de descubrir.
Ahora bien, si hablamos de la ruta más bonita, no tenemos que desplazarnos hasta Málaga para realizar el Caminito del Rey, sino hasta Jaén. Allí, precisamente en una de las provincias más infravaloradas de Andalucía, se ubica la ruta del río Borosa y la Cerrada de Elías, un camino privilegiado con paisajes espectaculares en el corazón del Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas.
Un enclave repleto de encanto y paz
El río Borosa es el auténtico protagonista de esta ruta de senderismo, ya que a su paso se despliegan el resto de encantos. Con un recorrido de más de 10 kilómetros, es posible encontrar numerosos saltos de agua, altas paredes verticales y enclaves donde pararse a disfrutar de las vistas. Por supuesto, el senderismo es una práctica que no entiende de edades y esta ruta es ideal para disfrutar con los más pequeños de la familia, ya que es bastante llano.
El sendero comienza en el Centro de Visitantes de la Torre del Vinagre, justo en el kilómetro 48 de la carretera A-319, en el término municipal de Santiago-Pontones. Después de bordearlo y tras cruzar el puente que asoma sobre el río, se encuentra la entrada a la pista.
El sonido del agua es el fiel acompañante del recorrido, ya que es posible apreciar la naturaleza en su más puro estado. Nada más comenzar, el Charco de la Cuna da la bienvenida con sus numerosas cascadas y sus pozas profundas, donde poder disfrutar de un baño refrescante.
Un poco más adelante, el Charco de la Cuna se une con el Arroyo de las Truchas. Allí destacan los canales excavados en la roca caliza, que dan la sensación de parecer toboganes naturales. Otro de los grandes atractivos es el puente de madera colgante y el puente de piedra de los Caracolillos.
Y, por supuesto, el esfuerzo merece la pena al llegar hasta la Cerrada de Elías, justamente donde se alzan las estrechas paredes calizas de más de 10 metros de altura y un recorrido de 400 metros de longitud. Antiguamente, este enclave fue un lugar indispensable para los pescadores de la zona.