Energía

La Comisión Europea propone reducir las emisiones un 90% para el año 2040

Reunión semanal de la Comisión Europea. / Dati Bendo (European Commission)

Sergio Guinaldo

La Comisión Europea ha publicado su propuesta de reducción de emisiones para el año 2040, como paso previo hasta lograr una economía descarbonizada a mitad de siglo. La propuesta, enmarcada en una modificación de la legislación comunitaria sobre el clima, establece como objetivo una reducción del 90% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) respecto a los niveles del año 1990, en línea con las orientaciones propuestas a la Comisión.

El objetivo climático propuesto para 2040 contempla el panorama económico, geopolítico y de seguridad actual, y ofrece a los inversores y las empresas la previsibilidad y la estabilidad que necesitan en la transición hacia una energía limpia de la UE. Al fijar un rumbo en materia de descarbonización, desde Bruselas creen que los Estados miembros impulsarán la inversión en innovación, crearán más empleo y crecimiento, aumentarán su resiliencia a los efectos del cambio climático y serán más independiente desde el punto de vista energético.

"A medida que los ciudadanos europeos sienten cada vez más el impacto del cambio climático, esperan que Europa actúe. La industria y los inversores miran hacia nosotros para establecer una dirección predecible de viaje. Hoy demostramos que mantenemos firmemente nuestro compromiso de descarbonizar la economía europea de aquí a 2050. El objetivo es claro, el viaje es pragmático y realista", ha señalado respecto a la propuesta presentada la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen.

Un elemento central de la propuesta son las flexibilidades que la Comisión tendrá en cuenta al diseñar los futuros instrumentos legislativos para alcanzar este objetivo climático para 2040, como el papel limitado para los créditos internacionales de alta calidad a partir de 2036, el uso de absorciones nacionales permanentes en el régimen de comercio de derechos de emisión de la UE (RCDE UE) y una mayor flexibilidad entre sectores para ayudar a alcanzar los objetivos de una manera rentable y socialmente justa.

"Acordar el objetivo climático del 90% nos proporciona un faro claro para guiar nuestras acciones futuras. Estamos respondiendo a los europeos que siguen estando firmemente a favor de la acción por el clima. No estamos eligiendo entre la economía y la agenda verde, estamos eligiendo ambos", afirmó Teresa Ribera, vicepresidenta ejecutiva para una Transición Limpia, Justa y Competitiva.

La sugerencia de la Comisión pone el foco en la importancia de acelerar y reforzar las condiciones adecuadas para apoyar este objetivo del 90%. Estos incluyen una industria europea competitiva, una transición justa que no deje a nadie atrás y unas condiciones de competencia equitativas con nuestros socios internacionales.

Además, la propuesta establece un marco claro para la legislación sobre clima y energía posterior a 2030, la cual tendrá en cuenta las especificidades nacionales en términos de rentabilidad, simplicidad y eficiencia para garantizar la neutralidad tecnológica y una transición justa y equitativa.

"El mundo necesita urgentemente normas claras. Ya no hay tiempo para vacilaciones. Tenemos la obligación política y moral de garantizar avances concretos y mensurables. Solo así podremos mantener la posibilidad de limitar el calentamiento global a 1,5 °C, como exigen los datos científicos y según los compromisos adquiridos en el Acuerdo de París", ha declarado Antonio Decaro, presidente de la Comisión de Medio Ambiente, Clima y Seguridad Alimentaria.

Según sus responsables, el plan se basa en una evaluación de impacto en profundidad y en el asesoramiento del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático y del Consejo Científico Consultivo Europeo sobre el Cambio Climático. Del mismo modo, se ha elaborado en consonancia con la Brújula de Competitividad de la UE, el Pacto Industrial Limpio y el Plan de Acción sobre Energía Asequible.

Una vez presentada la propuesta, tanto el Consejo como el Parlamento Europeo deberán debatirla y adoptarla con arreglo al procedimiento legislativo ordinario. Y cuando se haya establecido definitivamente, la Comisión exploraría formas de simplificar y flexibilizar el nuevo marco político para 2040.