Energía
La prohibición de gas ruso trae una gran guerra legal en la UE: indemnizaciones millonarias a Moscú por incumplir contratos
- La UE dice que se cerrarán contratos con 'cláusula de fuerza mayor'...
- ... pero los expertos temen que no sea suficiente
- Además, a nivel de suministro, los precios podrían duplicarse
Álvaro Moreno
La Unión Europea ha dado un paso clave en su política de desconexión del gas ruso. Tras años de guerra y enormes problemas para cortar el cordón que une la energía de esta país con el Viejo Continente, la UE anunció este miércoles una hoja de ruta para acabar con el gran problema que mantiene vivo el suministro: los contratos vigentes . Estos compromisos de abastecimiento firmados hace tiempo y cuya duración se extiende más allá de 2030 no se pueden romper sin una importante justificación. Según el comisario de Energía, Dan Jorgensen se iniciará un proceso para ir prohibiendo paulatinamente todos los contratos que unen ambas partes.
Al principio se hará con los de corto plazo para, posteriormente, a finales de 2027, todos queden oficialmente rescindidos. Según las autoridades europeas esto permitiría a las firmas activar cláusulas especiales con las que romper sus compromisos de pago sin indemnizaciones. Sin embargo, expertos y agentes del sector temen que la decisión no acabe como creen desde Bruselas y, guerra judicial mediante, la polémica termine con una oleada de indemnizaciones a Rusia por incumplimiento y unos importantes sobrecostes por renunciar a la energía rusa.
Empresas como Naturgy, Repsol o TotalEnergies son las más destacadas con contratos hasta 2038 para abastecerse desde Rusia. Pese a que aún no hay detalles de cómo sería el proceso legal, todos los contratos tienen una cláusula de fuerza mayor que puede activarse. De este modo, podrían acogerse a este mecanismo o, al menos, esta es la idea. En primer lugar, con la declaración de guerra ya hubo rupturas de contrato en las que se intentó recurrir a esta cláusula y los resultados no fueron unánimes.
En aquel momento el Tribunal de Arbitraje Internacional de Estocolmo estimó que la finlandesa Gasum debía pagar 300 millones de euros por suministro de gas a Gazprom que la firma de la UE se negaba a presentar. El motivo detrás de esto era que el pago debía ser en rublos ante las medidas de la UE por la guerra. El tribunal consideró que esto no era suficiente para justificar fuerza mayor y le obligó a pagar 300 millones de euros.
Este solo es un pequeño caso, pero la realidad es que activar una oleada de impagos masivos llevaría a una batalla judicial a gran escala. Según datos de la Comisión Europea los pedidos a Rusia en 2024 representaron cerca del 19% del suministro total de Europa, tanto de gas por gasoducto como gas natural licuado. Estamos hablando de 51,7 BCM una cifra que marcó un importante repunte desde 2023, cuando fueron solo 43,1 BCM. En resumen, esta desconexión se da en un momento en el que los pedidos a Rusia no solo no retroceden, sino que aumentan.
El primer trimestre de 2025, sin embargo, ya vuelven a caer y solo han sido de 9,9 BCM frente a los 12,7 BCM del primer trimestre del año pasado. Todo esto se debe a que se cortó el uno de enero el gasoducto que une Europa con Rusia a través de Ucrania, el Soyuz, porque terminó el contrato y el país invadido se negó a renovarlo. Ante esta situación ha habido una importante caída de envíos, pero las llegadas a través de GNL han aumentado. Ana María Jaller-Makarewicz, analista principal de energía de IEEFA confirma esa tendencia y en declaraciones a elEconomista.es explica que "en 2024 se hablaba de una reducción y se compró más. Los puertos de España, Bélgica y, especialmente, Francia, reciben más gas ruso que incluso se reexporta a Alemania y llega mucho de Turquía, que tiene gasoductos operativos".
"Creemos que no ha se ha dado nada tan contundente para que se puede justificar la ruptura de los contratos, por lo que creo que sí puede haber problemas legales"
En este contexto la experta señala que "es muy complicado detener los contratos, sigue habiendo muchos puntos ambiguos. Aunque nos parece buena decisión primero se necesitaría reducir naturalmente la demanda de gas". Y respecto al punto de vista legal, "creemos que no ha se ha dado nada tan contundente para que se puede justificar la ruptura de los contratos, por lo que creo que sí puede haber problemas legales".
Fuentes del sector consultadas por elEconomista.es muestran sus dudas respecto al tema. A falta de texto definitivo, estas consideran que "no se puede eliminar el aprovisionamiento sin medidas unánimes. No se puede obviar la exigencia de cumplir con las obligaciones contractuales de los operadores, y el impacto legal y reputacional en caso de no hacerlo si no existe una cobertura legal robusta y de máximas garantías por parte de la UE".
En ese sentido, este comentario recuerda el hecho que estas medidas buscan aprobarse sin el respaldo de todos los países, con la oposición de los habituales Hungría y Eslovaquia, que ya se han negado y que, de hecho, piden que se les permita aumentar las compras de gas ruso. Pero ya no son solo los habituales críticos de las medidas contra Rusia. Algunos países expuestos pero normalmente proclives a las sanciones como Austria están hablando abiertamente de más gas ruso en el contexto de una distensión, algo que choca totalmente con una política de desconexión absoluta.
"Estudiaremos sistemáticamente todas las propuestas y luego decidiremos nuestra postura", dijo a los periodistas la ministra austríaca de Energía, Elisabeth Zehetner, al conocerse la idea de cortar contratos de la UE. Sin embargo, la misma comentó que "aunque es falso que queramos importar gas ruso, está claro que cuando la guerra termina es una situación que hay que considerar".
¿Habrá que pagar a Rusia sin recibir el gas?
Entonces, la realidad es que las reclamaciones volarían cuando se incumpliesen los contratos y algunos expertos no tienen claro que una prohibición europea sea suficiente para impedirlo. Agnieszka Ason, consultora energética en el Oxford Institute dice que "es muy dudoso que cualquier cláusula de fuerza mayor prospere porque Rusia ha seguido cumpliendo sus envíos. Cualquier acción deliberada de la UE debilita ese argumento, porque prohibir algo por tu propia voluntad es lo opuesto a lo que representa ese concepto". En particular cree que el argumento perdería fuerza tras tres años de guerra.
Por otro lado, el presidente y consejero delegado de Naturgy, Francisco Reynés, antes de que se conociese el plan de Europa y durante el V Foro Catalunya organizado por elEconomista comentó la situación. "Entendemos la búsqueda de soluciones para que Rusia no cobre dinero por su gas, pero la Unión Europea no puede dispararse en el pie", avisó. "Tenemos que buscar soluciones acordes con el derecho internacional y que si no nos llevamos el gas no lo tengamos que pagar", añadió.
El alto cargo de una de las empresas con contratos vigente con Rusia explicaba que el riesgo es que "la industria europea pague igualmente por una molécula que no consume y que pague dos veces, con el proveedor ruso cobrando y luego pudiendo venderla en otro sitio".
Total Energies también ha mostrado una postura parecida, pero incluso más agresiva, El CEO de la empresa expresó al ser preguntado por el tema que si se activasen rupturas en los contratos "acabaría en la práctica en entregar miles de millones de euros a los inversores rusos". Si bien el ceo, Patrick Pouyanné, dijo que podría encontrarse suministro alternativo si el mercado está bien abastecido, también mencionó la empresa tiene entre 1.500 y 2.000 millones de dólares en dividendos anuales provenientes de sus participaciones en Novatek y el proyecto Yamal LNG.
¿Se puede renunciar al gas ruso?
En cualquier caso fuentes del sector afirman que no es solo un problema de legalidad sino de potencial disrupción en el mercado que generaría renunciar de golpe a ese gas ruso. Estas comentan que "no se puede obviar la necesidad un análisis del impacto sobre los precios del gas natural de una prohibición total. Supondría 'de facto' la necesidad de buscar volúmenes sustitutivos en condiciones seguramente menos favorables, con las consiguientes consecuencias en términos de precio para los consumidores finales y de seguridad de suministro".
Opina algo parece Jaller-Makarewicz que comenta que de darse esta situación "Europa tendría que acceder rápidamente al mercado" algo que no solo afectaría a los precios sino que "generaría un importante riesgo pues provocaría que se dependiese de forma masiva de EEUU, exponiéndose así al mismo problema que generó una confianza tan grande en el gas ruso". Todo esto "en un momento donde el clima es opuesto, crece el sentimiento en centro Europa de volver a un gas tan barato como el ruso". La clave, para la experta, sería una menor dependencia del gas que permita que el golpe fuera menor, pero de momento ese no parece el escenario base.
Los precios del gas podrían aumentar un 100% si no se logra encontrar alternativas baratas de mercado
La misma IEA dice que cerrar el gas ruso al 100% puede suponer "cuestiones de mercado muy ajustadas y precios elevados". De hecho hablan de escasez de suministro en invierno. Desde Goldman Sachs hablaba en su último informe que el final de los contratos con Rusia provocaría un aumento de más del 100% si no se encuentran ofertas alternativas claras llevando el precio del megavatio hora en el mercado mayorista europeo (TTF), a 84 euros frente a los 40 que estiman como escenario base.
El reemplazo además dejaría en una situación muy complicada a muchos países que viven mayoritariamente del gas ruso. Bulgaria, Hungría, Eslovaquia y Austria tienen un alto nivel de dependencia que provocaría graves problemas si no se encuentra una fuente alternativa para nutrir de energía a estos países. Ante esta situación Europa se encuentra en una difícil tesitura, pues pese a que la desconexión total es el rumbo fijado… lograr dar el paso definitivo es la parte más difícil y delicada de este viaje en que se ha pasado del 45% del suministro al 19%.