El del silbato, el anotador y el capataz: los estibadores con las horas contadas
- La patronal quiere acabar con empleos obsoletos y reducir la plantilla el 10%
África Semprún
La revolución industrial no termina de calar en las principales Sociedades de Gestión de Trabajadores Portuarios (Sqgep). El histórico caballo de batalla de la patronal de la estiba es acabar con las "rigideces e ineficiencias" del sistema laboral implantado por los estibadores y eliminar puestos de trabajo que las nuevas tecnologías han dejado obsoletos y que llevan a que existan plantillas sobredimensionadas y sobrecostes de hasta 280 millones.
Con la propuesta de reforma del sector planteada la semana pasada (antes del principio de acuerdo), Anesco busca, o buscaba, reducir los costes un 30%, poner en marcha un plan de prejubilaciones que permita recortar la plantilla un 10% (entre 900 y 1.000 estibadores), conseguir potestad para adaptar la "composición de los equipos de trabajo a los cambio tecnológicos" y controlar la organización del trabajo.
Esto último permitiría a las empresas como APM Terminals, TTI Algeciras o TCB adaptar la composición de las manos a las necesidades del trabajo, poder contratar los equipos por compañías y no por barcos e implantar nuevas tecnologías para ganar competitividad frente a otros puertos. Actualmente, las manos están compuestas por un mínimo de 12 estibadores y un máximo de 18 en función del puerto y la composición la decide la Sagep. Los sindicatos, liderados por Coordinadora, se han negado a estas propuestas. Pero, ¿cuáles son los puestos "obsoletos o duplicados" que la patronal busca eliminar?
Puestos en el punto de mira
Una mano estándar (equipo de trabajo asociado a una grúa) está compuesta por un capataz, que es el jefe; un anotador; un sobordista o amantero, que es el segundo a bordo; un portainer o gruista, cuatro transtainer (grúas que mueven los contenedores en las terminales) y seis especialistas o peones, que realiza trabajos manuales como la trinca, vaciado o señalización, explican desde Adecco. Esta composición es típica para la carga y descarga de contenedores, pero depende de los convenios firmados entre las empresas y las Sagep por lo que puede variar. En la descarga de granel los equipos son más pequeños.
Fuentes empresariales aseguran que las manos están sobredimensionadas, porque hay algunos puestos que ya no tienen función y que en muchos casos se pueden reducir a la mitad. Por ejemplo, uno de los peones o especialistas se encarga de tocar el silbato cuando el camión llega al punto exacto donde la grúa coge o deja los contenedores. "Este estibador es el puesto reconvertido del antiguo aguador y su función la podría hacer un cono o un sensor", explican fuentes empresariales. En este punto, el convenio laboral de la Sagep de la Bahía de Algeciras incluye dentro de las labores de los estibadores especialistas las "funciones de señalización en cubierta y tierra mediante la emisión de señales manuales".
Otro puesto que está en el punto de mira de las empresas por estar desfasado es el del anotador o apuntador, que cobra unos 70.000 euros por 22 jornales de trabajo. Según fuentes empresariales consultadas por este diario, el anotador (hay uno por mano) se dedica a contabilizar o reconocer la carga que entra o que sale, un trabajo que puede ser sustituido por tecnología OCR (Reconocimiento Óptico de Contenedores), que automatiza los procesos de entrada y salida de contenedores. Esta tecnología se puede implantar en las grúas o en la entrada de los camiones. El sistema ya está en Ferrol y en puertos europeos.
En este sentido, si las terminales están semiautomatizadas la demanda de estibadores de segundo nivel (conductores de grúas) también se reduciría, lo que permitiría optimizar los costes y ganar competitividad. Actualmente hay una terminales en Barcelona y otra en Algeciras y las empresas critican que no pueden adaptar la demanda de personal a las necesidades del trabajo.
Más allá de los puestos obsoletos, las compañías señalan que muchos empleos están duplicados o vacíos de contenido. Este es el caso del capataz, el supervisor de la mano y el que más cobra, que tiene una función redundante respecto del jefe de turno de la terminal. "La función del capataz se podría fusionar en un único puesto con la del sobordista o amantero que es el obrero portuario que dirige las maniobras de carga y descarga", aseguran fuentes cercanas a las empresas. En este punto, la patronal Anesco ha pedido públicamente que se elimine la obligación de contratar capataces en la descarga de granel. Los terminalistas también se quejan de la existencia de una figura que algunos han denominado como "el espía". Éste es el estibador o estibadores que una firma tiene que pagar cuando no necesita contratar estibadores para la carga del barco, para vigilar que no hay intrusos.
Además de los puestos con poco contenido, las normas de contratación que en su momento se acordaron para asegurar unas condiciones dignas de trabajo a los estibadores, ahora se usan para sobredimensionar los recursos asignados a la tarea e impedir nuevas formas de organización más eficientes. Por ejemplo, todo el personal debe ser contratado para atender un barco, no para atender el trabajo de la empresa, y no permite los cambios de buque a menos que se pague una prima. "La variabilización de equipos de trabajo tampoco es posible, y los recursos necesarios varían en función de si se trabaja en cubierta o en bodega", dicen las empresas.
Este sistema de organización del trabajo ha hecho que los estibadores de puertos como el de Algeciras cobren de media más de 91.800 euros brutos al año; los de Valencia, 108.000 euros al año, los de de Barcelona, unos 83.566 euros brutos mientas que el coste medio de los 5.100 empleados de Puertos del Estado no supera los 50.000 euros, incluyendo ingenieros y economistas. KPMG señala que los costes se pueden reducir un 67%.