La caída del crédito daña aún más la rentabilidad de la gran banca en España
Fernando Tadeo
Los préstamos se contraen por encima de lo previsto y reducen los ingresos financieros el 7,3%. Las entidades ganan hasta septiembre un 10% menos, castigadas también por los tipos negativos.
Las cuentas de la gran banca en España en los nueve primeros meses del año reflejan un deterioro más significativo de los previsto. La rentabilidad se ha visto mermada no sólo por unos tipos en negativo desde principios de año, sino también por un descenso más acusado del crédito con respecto a las estimaciones iniciales.
Las seis mayores entidades del país (Banco Santander, BBVA, CaixaBank, Sabadell, Bankia y Popular) han recortado sus beneficios en nuestro país un 10 por ciento, hasta los 3.455 millones de euros. Sus responsables confían en que la situación comience a mejorar a partir del último trimestre, una vez comience una recuperación de la actividad y el impacto del euribor toque fondo.
Los números que han publicado en los últimos tres días aportan un retroceso del volumen de préstamos en un 2,4 por ciento de media. Una tasa superior a los cálculos realizados por los bancos, ya que esperaban el comienzo de los crecimientos tras ocho años de crisis. La situación política ha pasado factura. Las empresas y las familias han limitado la demanda de financiación debido al bloqueo político, que dura desde hace casi un año.
Peor de lo previsto
Todos los banqueros coinciden en señalar que el negocio ha ido peor de lo previsto y han retrasado a 2017 aumentos en los saldos de los préstamos. En este contexto, los márgenes financieros se han estrechado más y sufren en conjunto un recorte del 7,3 por ciento con respecto al mismo periodo de 2015.
Este retroceso incluye el efecto, no menor, que ha tenido en Bankia la cartera de bonos de la Sareb, que apenas renta un 0,11 por ciento. La nacionalizada tiene en la actualidad 17.300 millones en títulos de deuda del banco malo como consecuencia del traspaso de activos tóxicos que llevó a cabo en 2012, en el marco de su rescate. Tan sólo Sabadell ha logrado un incremento del margen de intereses, como consecuencia de una mayor transformación de los tipos de las hipotecas de variables a fijos.
Las entidades buscan, en esta coyuntura, vías para incrementar sus ingresos para mejorar la rentabilidad, que no cubre los costes de capital, al tiempo que aceleran sus planes de ahorro de gastos con ajustes de sucursales y plantilla. Los ingresos por comisiones se han convertido en un foco esencial para la sostenibilidad del sistema. Las entidades intentan aumentar esta partida con la comercialización de pro- ductos de valor añadido, como fondos de inversión, seguros y planes de pensiones, entre otros, y una subida de los precios en los servicios de menor valor, como las transferencias que se realizan en las sucursales. Pero no todas están logrando elevar la facturación por comisiones. Únicamente el Santander y Sabadell han obtenido un crecimiento en esta rúbrica. En el caso del grupo cántabro se debe a la cuenta 1,2,3, que exige la contratación de otros productos y el pago de una cantidad, hasta 96 euros al año, por mantenimiento.
Los ingresos por comisiones se han visto afectados en buena parte por la incertidumbre de los mercados, que se ha agravado a partir del mes de junio tras la victoria de la salida del Reino Unido de la Unión Europea, lo que ha provocado una huida de los inversores y los clientes de fondos y de cuentas de valores.
Los ingresos se hunden un 6%
Los ingresos típicos de la gran banca (margen de intereses y comisiones) han caído un 6 por ciento en los nueve primeros meses del año. Las entidades, por estas dos partidas, han alcanzado una cifra de negocio de 19.504 millones, no suficientes para que mejore la eficiencia, porque se consumen más de la mitad para afrontar los costes generales y de administración.
De ahí, que el conjunto del sistema haya puesto en marcha procesos para rebajar los gastos. Las principales entidades prevén reducir su plantilla en unas 3.300 personas hasta final de ejercicio. El ajuste se une a los 3.400 trabajadores que ya han salido de los bancos desde enero. Popular pretende disminuir la fuerza laboral en 2.700 empleos.
Para el próximo año el sector continuará con estos recortes. Los banqueros han señalado que una de las palancas clave con las que cuenta el sistema es la eficiencia, por lo que han avanzado que podrán en marcha más programas de prejubilaciones, bajas incentivadas y despidos una vez comience el nuevo curso.
Solamente el descenso de las provisiones está aliviando las cuentas de las seis mayores entidades, salvo en el Popular, que se enfrenta a un incremento de las mismas para elevar las coberturas de sus activos no rentables (dudosos e inmuebles adjudicados), motivo por el cual anunció pérdidas millonarias para 2016 y materializó en primavera una ampliación de capital de 2.500 millones.
La tasa de morosidad se contrae de manera general. En el caso de Bankia se sitúa ya como el resto del sistema, por debajo del 10 por ciento.