Empresas y finanzas
El crédito moroso subirá un 20% hasta 2023 y rozará los 100.000 millones
- Santander, CaixaBank y BBVA acercarán su ratio de impagos al 5%
- El repunte de dudosos llegará en 2022, tras el fin de las moratorias
Eva Díaz
La banca respira cómoda tras la hucha de provisiones realizada en su mayor parte el año pasado para cubrirse de los futuros impagos, dotaciones que se situaron en los 103.000 millones de euros a cierre del pasado junio, según los datos del Banco de España. Sin embargo, esta cifra ya se acerca a las futuras pérdidas que tendría que cubrir el sector financiero a tres años por el incremento de los créditos dudosos tras el fin de las moratorias (entre finales de este ejercicio y mediados del siguiente expirarán tanto las de consumo como las hipotecarias) y la finalización del plazo de las carencias de pago de los créditos avalados por el ICO. Es decir, a partir de la primavera de 2022 los clientes -especialmente empresas, pymes y autónomos- que se hayan acogido a estas carencias tendrán que comenzar a abonar su deuda al banco.
Las seis grandes entidades del país (Santander, CaixaBank, BBVA, Sabadell, Bankinter y Unicaja) incrementarán sus créditos dudosos un 20% a cierre de 2023, hasta rozar los 100.000 millones de euros, frente a la previsión de 81.700 millones en préstamos dudosos que se espera para el cierre de este último trimestre del ejercicio. Hasta el momento, el stock de los créditos en mora se ha mantenido por debajo de los inicialmente esperado con el estallido de la pandemia gracias a los estímulos puestos en marcha por el Gobierno y bien acogidos por el sector. Desde Prime Yield estimaban en pleno estallido de la pandemia que el sector financiero cerraría este año con 90.000 millones en créditos en mora, un dato que finalmente se logrará de cara al cierre del próximo año, según la previsión de la casa de analistas de Barclays, una vez comiencen a expirar estos estímulos.
El sector ha frenado en seco, acompañado por la incertidumbre del mercado, la venta de carteras de activos improductivos (es decir, tanto de ladrillo como de préstamos dudosos) desde la crisis sanitaria. Solo una reactivación de estas operaciones rebajaría la mora en los balances de las entidades. De hecho, tal y como avanzó este diario en su día, la banca realizó transacciones de créditos dudosos en 2020 por 6.900 millones de euros, muy lejos de los traspasos por 21.000 millones de euros de 2019.
A falta de que se vuelvan a reactivar este tipo de operaciones, la mitad de estos grandes bancos (Santander, CaixaBank y BBVA) alcanzarán un ratio de mora de cara a 2023 que rozará o alcanzará el 5%. No obstante, esta cifra aún no supera la tasa de morosidad que alcanzaron estas entidades en la última gran recesión, especialmente en 2013, el año en el que los impagos se situaron en su pico más alto, llegando a superar el conjunto del sector el 13%. Por entidades, Santander alcanzó ese ejercicio una tasa de mora del 5,64%; BBVA la situó en el 6,8% y CaixaBank, la incrementó hasta el 11,6%. Éste último, nivel muy lejano al que se prevé para la entidad de origen catalán, cuya mora se ha engordado con la fusión de Bankia.
Vigilancia en España
Ante esta previsión de la evolución de los impagos, los bancos se mantienen prudentes a la hora de liberar provisiones en España. Sí es cierto que dos entidades, Santander y Sabadell, prevén liberaciones de dotaciones este año, pero para mercados extranjeros. El grupo cántabro prevé liberar entre 700 y 1.000 millones a finales de 2021 en países donde la situación económica ha mejorado como EEUU o Reino Unido, según anunció a finales de octubre, en la presentación de resultados del tercer trimestre, periodo en el que aún no había aflorado la nueva ola de contagios en el país británico. En el caso del Sabadell, ya liberó provisiones por 20 millones de libras (23,7 millones de euros) en el segundo trimestre en su filial británica, TSB, y otros 20 millones de libras en el tercer trimestre.
De cara a España, los principales ejecutivos de Santander, Sabadell, CaixaBank, BBVA y Bankinter coincidieron durante sus respectivas presentaciones de resultados en señalar que sería prudentes en la liberación de dotaciones, al preferir esperar a conocer la evolución de la economía y situación de las empresas el año que viene, una vez finalicen los estímulos puestos en marcha.
El Banco de España alertó a inicios de mes, en la presentación del informe de Estabilidad Financiera, que hay entidades que tienen que realizar más provisiones ante el riesgos del deterioro crediticio, puesto que el 40% de los bancos no cubrirían todas sus pérdidas.
El aumento del deterioro crediticio es notable entre los préstamos ICO, al pasar porcentaje de créditos en vigilancia especial del 8% en 2020 al 16% en 2021. De momento, la mora de estos préstamos no es significativa al no haber vencido los periodos de carencia, según el Banco de España. No obstante, el supervisor avisa que en el conjunto de préstamos del sector, los créditos en vigilancia especial (con potencial riesgo de impago) se sitúan en los 93.000 millones, un 53% más que hace un año.