Empresas y finanzas

Amazon se suma a la lista de demandas antimonopolio en EEUU: la presión contra las tecnológicas sigue creciendo

  • Los dos partidos se han puesto de acuerdo en ir a por las tecnológicas
  • La pregunta es qué se puede hacer para frenar estos comportamientos
La casilla 'Vaya a la cárcel' del Monopoly. Foto: Reuters.

Víctor Ventura

En su campaña electoral, Joe Biden lo dejó claro: ni él ni su partido están a gusto con los comportamientos monopolísticos de la industria tecnológica en EEUU. Y sin que sirva de precedente, en un país tan polarizado, los republicanos están completamente de acuerdo en algo con sus rivales. Apple, Facebook y Google ya han recibido denuncias bipartidistas, y ayer se sumó a la lista Amazon. Un siglo después de las grandes sentencias contra la petrolera Standard Oil y la telefónica AT&T, que acabaron con su división en múltiples pedazos, EEUU está avanzando de forma clara hacia el segundo gran 'momento antitrust' de la historia estadounidense.

La lista de las denuncias está empezando a ser importante. El pasado mes de octubre, el Departamento de Justicia -entonces controlado por el republicano Bill Barr-, junto a 11 fiscales generales de estados republicanos, presentaron una denuncia contra Google por dominar el 90% del mercado de búsquedas en el país. En diciembre, 48 estados y el Gobierno central, con un Donald Trump en funciones, denunciaron a Facebook por eliminar a su competencia a golpe de talonario, poniendo como ejemplo las compras de Instagram o WhatsApp. Apple, por su parte, se encuentra inmersa en una batalla contra Epic Games, creadora del popular juego Fortnite, por las reglas de la App Store, que obligan a entregar a la empresa de la manzana una fuerte comisión por cada venta y prohíben a las empresas ofrecer otros métodos de pago.

Este martes le llegó la hora a Amazon. El fiscal general de la ciudad de Washington, demócrata, presentó una demanda por prácticas anticompetitivas en la forma en la que gestiona las ventas de terceros a través de su plataforma. La Comisión Federal de las Telecomunicaciones (FTC) estaba estudiando presentar otra denuncia por el mismo asunto, según fuentes de la agencia Bloomberg.

De las grandes tecnológicas, solo dos parecen haberse salvado. Una, Netflix, porque el sector del streaming está inmerso en una competencia cada vez mayor. Y la otra, Microsoft, porque ya tuvo una experiencia cercana a la muerte a finales de la década de los 90, que salvó entre regulaciones y acuerdos con el Gobierno de EEUU y la UE. Aquellos golpes, de los que salió ilesa pero magullada, le sirvieron para evitar volver a caer en el mismo problema. Ahora parece tocarle el turno a sus compañeras de valoraciones billonarias.

Cambio de ambiente

Pero la principal clave para este cambio de ambiente, quizá, es el giro que han dado los dos grandes partidos en el país. Los demócratas siempre han estado a favor de frenar los monopolios, pero el paso a la izquierda que ha dado el partido en las últimas dos legislaturas ha aumentado la presión de sus cargos para mostrar resultados concretos.

Más sorprendente es el giro de los republicanos, tradicionalmente el partido a favor de las empresas. La victoria de Trump y sus enfrentamientos con las tecnológicas, a los que lleva tachando de enemigos desde hace años, fueron el primer paso. Pero las decisiones de redes sociales como Facebook o Twitter, primero de poner advertencias en sus mensajes falsos o engañosos, y finalmente de borrar su cuenta, han llevado al Partido Republicano al extremo opuesto. Numerosos congresistas llevan meses denunciando la "censura" de las tecnológicas, y sus líderes parlamentarios han dejado claro que no harán nada para defenderles de casos de monopolio, muchas de ellas presentadas por los propios gobiernos republicanos.

Biden está aprovechando para endurecer las posiciones de los reguladores, sobre los que pendía la sospecha de estar comprados o, por lo menos, ser demasiado amigables hacia las empresas que se supone que deben regular. Su primera candidata para la FTC es Lina Khan, una profesora de la Universidad de Derecho de Columbia conocida por sus conocimientos de ley Antimonopolio y sus duras críticas contra las grandes compañías de todos los sectores, desde la tecnología a la alimentación.

Aprovechando el apoyo del Gobierno central, los fiscales generales de los estados han pedido más fondos al Congreso para aumentar sus investigaciones antimonopolio en los próximos presupuestos. La presidenta del comité de presupuestos del Senado, la demócrata Amy Klobuchar, precisamente escribió un libro sobre monopolios, lo que indica el sentimiento que hay en los pasillos del Capitolio sobre el tema.

La principal justificación de las tecnológicas es que sus redes son más útiles cuanta más gente las usa, creando un círculo vicioso en el que las empresas más grandes son las que pueden ofrecer más servicios a sus clientes, atrayendo a más usuarios y hundiendo al resto de competidores. Una división en trozos, como Standard Oil, no serviría: en poco tiempo, una de las "miniFacebook" dominaría al resto y volvería al punto de partida. Sobre la mesa está la posibilidad de tratar a estas empresas como 'utilities', con regulaciones como las de las empresas de luz y gas, que tienen los precios y los beneficios controlados por ley. La batalla puede durar años, pero las 'FAANG' están más solas que nunca.