La banca eleva un 9% la exposición crediticia a las pymes en la pandemia
- Los préstamos a estas firmas ya suponen el 14,5% del total de la cartera
- CaixaBank y Bankia, los que más incrementan la financiación en el año a pymes
Eva Díaz
La gran banca ha elevado un 9% la exposición crediticia a las pymes durante la pandemia, segmento donde más se ha incrementado la concesión de financiación en la crisis sanitaria. Concretamente, las cinco grandes entidades del país tienen a cierre de 2020 una exposición crediticia a las pequeñas y medianas empresas de 280.000 millones de euros, frente a los 256.700 millones que tenían en el ejercicio previo. Este volumen de deuda ya supone un 14,5% del total de la cartera crediticia de la banca.
Las pymes han sido las compañías que más liquidez han demandado en la crisis sanitaria, tal y como demuestran los datos de solicitudes de la línea de 100.000 millones de euros en avales puesta en marcha por el ICO. Del total de los 89.150 millones de avales consumidos, el 73,6% ha ido a parar a compañías de pequeño tamaño. Asimismo, del conjunto de los 117.397 millones de financiación otorgada por la banca a través de los créditos ICO, el 70% ha ido a este segmento.
Por entidades, CaixaBank y Bankia han sido las que más han incrementado su exposición crediticia a estas pequeñas compañías, en casi un 20% y un 17%, respectivamente. Por su parte, el Sabadell lo ha hecho en casi un 5%, mientras que Santander y BBVA la han engrosado por encima de un 6%, teniendo en cuenta que estas dos entidades son las que suman una mayor exposición por su relevante diversificación internacional.
La banca siempre se ha posicionado desde el inicio de la crisis como parte de la solución para apoyar al tejido empresarial español y evitar la destrucción de empleo. Sin embargo, las compañías españolas han sido las que más han incrementado su deuda durante la pandemia frente al resto de firmas de la zona euro. Concretamente, según los datos aportados por el Banco Central Europeo (BCE), del global de la deuda de las empresas españolas, el 11% ya corresponde a los compromisos adquiridos a través de los avales ICO.
La cifra dista de la situación de las firmas de otros países europeos. En Francia, donde el Ejecutivo habilitó una línea de 120.000 millones, el peso global de la deuda de las empresas adquirida a través de este sistema solo alcanza el 5%. En Italia las compañías han absorbido 55.000 millones de euros a través de estas líneas, que ya le suponen el 4% de su deuda global, y en Alemania, donde han solicitado préstamos por 45.000 millones, el peso conjunto de la nueva deuda adquirida apenas es del 2%.
Por ello, ante el alto endeudamientos de las pymes, la banca ha reclamado desde el principio al Gobierno y de manera urgente ayudas directas a este segmento para evitar que se asfixien más en sus compromisos con las entidades. Desde el sector reconocen que pueden ayudar a compañías de un tamaño relevante a través de créditos participativos con el objetivo de salir del capital a corto o medio plazo con la venta de esa participación a la propia compañía una vez remonte el vuelo o a fondos de inversión interesados. Sin embargo, no ven factible la entrada en el capital en pequeños negocios ni la concesión de más crédito por su alto riesgo, y reclaman para este segmento ayudas directas.
Reestructuraciones de deuda
El Gobierno finalmente cedió a las presiones de las asociaciones empresariales y del sector financiero, y aprobó el pasado viernes que del fondo de 11.000 millones de euros para ayudar al tejido empresarial, la mayor parte, 7.000 millones de euros, fueran a ayudas directas para los sectores más perjudicados por la pandemia. Además, la banca se ha comprometido a revisar la posición crediticia de los clientes que solicitaron créditos ICO y hacer reestructuraciones de deuda, que podrían llegar incluso a aplicar quitas, para aquellos que más lo necesiten, siempre que sea útil para garantizar la continuidad de las empresas. El Ejecutivo ha dotado además un vehículo de 3.000 millones de euros para reestructurar deudas financieras hasta 2022.
No obstante, aún falta por conocer cómo serán los detalles del Código de Buenas Prácticas que se aprobará próximamente para la articulación de las nuevas medidas de apoyo y que será de adhesión voluntaria por parte de las entidades, tal y como se adelantó a inicios de la semana pasada. El sector teme que, finalmente, la letra pequeña de este acuerdo haga que la aplicación de quitas no sea tan voluntaria y se imponga por decreto.
Asignación rápida
Por su parte, desde el Banco de España consideran que el paquete de ayudas directas para empresas aprobado la semana pasada por el Gobierno debe ser asignado de forma "rápida y homogénea", y debe centrarse en compañías viables pero con problemas de solvencia debido a la crisis.
El gobernador del organismo, Pablo Hernández de Cos, señala en la Memoria de Supervisión Bancaria de 2020 publicada este jueves que también es importante que se evalúe permanentemente el volumen de fondos comprometidos a la luz de la evolución de la pandemia. En el caso de las empresas no viables sería necesario, a su juicio, que se agilizaran los procesos de liquidación para evitar que se consuman en ese proceso recursos que podrían ser más beneficiosos en otras actividades. Esto ayudaría a evitar que la crisis incorpore un elemento financiero adicional que la haría potencialmente mucho más persistente, como demostró la anterior crisis financiera internacional.
De esta forma, el sector bancario podría seguir siendo parte de la solución de la crisis a través de la concesión de crédito a familias y a empresas, y contribuir a la reactivación de la economía una vez que se supere la pandemia, que, según aseguró De Cos, precisará del buen funcionamiento del canal crediticio.