Empresas y finanzas

Telefónica alcanza en Brasil una rentabilidad similar a la de España, del 42%

  • El flujo de caja mejora el 50% en un año, con porcentajes de doble dígito desde hace un lustro
  • Convertirá su mayor mercado latinoamericano en la catapulta para el crecimiento del grupo
Sede de Telefónica en Sao Paulo, Brasil.

Antonio Lorenzo

Brasil tiene todos los visos de convertirse en el gran motor de crecimiento y rentabilidad de Telefónica, como ya lo fue durante la década pasada. Por lo pronto, de cada 100 euros que ingresa la teleco en el país latinoamericano, 42 euros se destinan directamente al beneficio bruto operativo (oibda), un margen ya comparable al que disfruta la compañía en España, del 40,6%. No obstante, la diferencia de tamaño entre uno y otro mercado es abismal: los negocios en Brasil suman 93,8 millones de accesos, mientras que los del mercado doméstico rondan los 41,6 millones.

Pese a semejante desproporción, los ingresos de Telefónica España hasta septiembre (9.209 millones de euros, el 29% del total del grupo) casi duplican los de la filial brasileña (5.672 millones, el 18% de la facturación de Telefónica) en los nueve primeros meses del año. En un segundo escalón se sitúa la operación alemana (17%) y la británica (15%).

La balanza comparativa entre los dos puntales de Telefónica se inclina hacia el lado español gracias al valor añadido de los productos de Movistar respecto al de su homólogo brasileño, entre ellos un porcentaje de paquetes con servicios convergentes próximo al 80%.

El flujo libre de caja de Telefónica Brasil hasta el pasado septiembre ya supera el de todo 2019

Al mismo tiempo, el ritmo de crecimiento interanual del flujo libre de caja (FCF) de la filial brasileña se sitúa en el doble dígito en moneda local desde hace cinco años. Esa trayectoria ha permitido a la operación de Vivo (marca de Telefónica en aquel país) incrementar su rentabilidad en los niveles referidos. Además, los analistas vigilan el impacto de las divisas, ahora adversas en Brasil, en espera de que en algún momento revierta su signo.

Pero una vez descontado el pernicioso efecto del real en las cuentas del grupo, la lectura pausada de las cuentas del tercer trimestre del año de la filial brasileña anima a Telefónica a localizar gran parte de sus expectativas de despegue al otro lado del Atlántico. Por lo pronto, la caja generada por la subsidiaria brasileña hasta el pasado septiembre, cifrada en 8.900 millones de reales, ya supera a la de todo 2019.

El dato anterior adquiere especial relevancia una vez que las cuentas de 2020 se ven severamente afectadas por la pandemia, con el consiguiente frenazo de la actividad comercial, las menores ventas en el segmento de empresas y la práctica ausencia de los ingresos por itinerancia (roaming).

El esfuerzo inversor en la renovación de las infraestructuras de telecomunicaciones de Telefónica Brasil se sitúa en uno de cada cinco reales (20%) ingresados. Pese a ello, la filial brasileña de Telefónica ha incrementado su oibda el 22,2% una vez descontado el capex. Esa magnitud permite impulsar la generación de caja libre para afrontar compromisos como el pago de dividendo y la reducción de la deuda.

Según explican fuentes del operador, más allá del desempeño operativo de la compañía -especialmente enfocada en clientes de mayor valor-, "la expansión de márgenes y el fuerte impulso de la generación de caja en los últimos años viene derivada, aparte de por la captura de sinergias tras la compra de GVT que se cerró en 2015, del esfuerzo de Telefónica Brasil por la simplificación, la digitalización y, en general, por la continua búsqueda de eficiencias".

En espera de los activos de Oi

Telefónica dará el próximo salto cualitativo y cuantitativo en Brasil con la futura integración de los activos que le corresponden por la compra de Oi. Al mismo tiempo lo harán sus rivales Claro (América Móvil) y TIM Brasil (Telecom Italia), con una operación que en su conjunto rondará los 2.700 millones de euros. La adquisición en suelo brasileño está pendiente de las autorizaciones regulatorias, una vez que Highline Brasil, controlada por el fondo Digital Colony, ha renunciado a pujar por Oi en competencia directa con Vivo, Claro y TIM.