Empresas y finanzas

El Sabadell ajustará 2.000 empleos, el 12% de la plantilla, para seguir sin fusiones

  • El grupo tratará de crecer y ganar eficiencia a través de la digitalización
  • Las salidas serán con prejubilaciones: el 32% de los empleados tiene más de 50 años
El presidente del Sabadell, Josep Oliu.

Eva Díaz

El Banco Sabadell ha mantenido contactos informales con los representantes de los trabajadores para comunicarles su intención de realizar un ajuste de 2.000 empleados, el 12% de la plantilla actual en España (16.570 trabajadores), con el objetivo de ganar eficiencia para continuar sin fusiones. La entidad pretende que el recorte no sea traumático y se pueda llevar a cabo con prejubilaciones.

El grupo que preside Josep Oliu marca así la senda ya anunciada en las últimas semanas de rechazar integraciones y aportas por acelerar la transformación digital del grupo para ganar eficiencia y generar valor.

Tras varias semanas en el centro de las quinielas para una posible fusión con BBVA o Kutxabank, el banco, de momento, cierra la puerta a una integración y su estrategia inmediata pasa por acelerar los ajustes para reducir costes, tanto en su negocio en España como en Reino Unido (donde recortará 900 empleos y 160 oficinas en 2021), e impulsar el negocio de empresas, frente al de particulares. No obstante, la entidad sigue abierta a estudiar opciones de consolidación, siempre que aporten mayor valor al accionista. 

Esta decisión llega apenas dos meses después de conocerse que el Sabadell había contratado a Goldman Sachs para analizar operaciones estratégicas, como integraciones, aunque también se apuntó a otras alternativas como venta de filiales y planes de ajuste. Además, precisamente hace dos semanas, el lehendakari del Gobierno vasco, Iñigo Urkullu, cerró la puerta a una unión de Kutxabank con Sabadell porque el objetivo es que la entidad vasca mantenga su "capacidad de gestión, arraigo e independencia".

El Sabadell, según informan fuentes conocedoras de la operación, se reunirá próximamente con los representantes de los trabajadores para trasladarle la propuesta con el tope máximo de 2.000 salidas. Se prevé que el ajuste pueda realizarse con prejubilaciones, por lo que no será un ERE, ya que el 32% de la plantilla de la entidad, es decir, unos 5.300 empleados, tiene más de 50 años.

Cabe recordar que el grupo lleva más de diez años sin llevar cabo un plan potente de reducción de trabajadores, ya a que, a diferencia de otras entidades, no ha realizado EREs ni ha protagonizado ninguna fusión en la última década que le haya obligado a poner en marcha una reestructuración. 

La nueva estrategia del banco también pasa por un cambio reorganizativo puesto que los clientes ya no demandan tanta presencia física en las oficinas, una tendencia hacia el mundo online que se ha visto acelerada durante esta crisis del coronavirus.