El BCE amplía hasta enero de 2021 el veto al pago de dividendos de la banca
- Destaca que existen riesgos de que el sector reduzca significativamente su capital
Fernando Tadeo
El Banco Central Europeo (BCE) ha ampliado hasta el 1 de enero de 2021 su recomendación a los bancos para que no paguen dividendo a sus accionistas ante las dudas de cómo evolucionará la crisis económica provocada tras la pandemia del coronavirus. El organismo trasladó esta extensión del periodo a las entidades en la tarde de ayer y hoy por la mañana ha hecho pública su posición, al tiempo que ha dado a conocer los resultados generales de las pruebas del sector sobre su capacidad de afrontar la crisis del Covid. De igual manera pide que no se repartan bonus a las cúpulas directivas.
El supervisor, hasta ahora, había vetado a la banca a ofrecer dividendos hasta el mes de octubre, pero ya había anunciado que a finales de este mes iba a pronunciarse sobre una posible ampliación de esta exigencia. En los últimos meses, las entidades se han venido oponiendo a esta recomendación, ya que impide una recuperación de sus cotizaciones en bolsa y atracción en el mercado para obtener capital si fuese necesario.
El BCE revisará si esta postura sigue siendo necesaria en el cuarto trimestre de 2020, teniendo en cuenta el entorno económico, la estabilidad del sistema financiero y la fiabilidad de la planificación del capital. "Una vez que disminuya la incertidumbre que requiere esta recomendación temporal y excepcional, los bancos con posiciones de capital sostenibles podrán considerar la posibilidad de reanudar el pago de dividendos". explica el organismo en un comunicado.
El BCE ha concluido en su test al sector que "el nivel de capital del sistema podría disminuir significativamente si se materializara un escenario grave" para la economía. De ahí que haya adoptado tal decisión.
El organismo, por ello, sigue alentando a los bancos a utilizar sus reservas de capital y liquidez para conceder préstamos a empresas y familias y para absorber pérdidas futuras. Ademas, no exigirá a los bancos que empiecen a reponer sus reservas de capital antes de que se alcance el punto máximo de agotamiento del capital, lo que actualmente se espera que ocurra en 2022.
Test de resistencia
Las conclusiones de las pruebas de capacidad del BCE sobre el sector indican que en el escenario central, que ya prevé una dura recesión, el coeficiente medio de capital de los bancos de nivel 1 (CET1) se deterioraría en 1,9 puntos porcentuales, pasando del 14,5% al 12,6%. En consecuencia, indica el supervisor que los bancos podrían seguir cumpliendo su función de conceder préstamos a la economía.
En el escenario severo, el promedio de CET1 de los bancos se reduciría en 5,7 puntos porcentuales a 8,8% desde 14,5%. En este escenario, varios bancos tendrían que tomar medidas para mantener el cumplimiento de sus requisitos de capital mínimo, pero el déficit general seguiría estando contenido.
"Los resultados muestran lo importante que fue que los bancos fortalecieran su posición de capital en los últimos años como resultado de las reformas regulatorias posteriores a la crisis financiera. Las medidas extraordinarias y coordinadas de apoyo a las políticas ya han contribuido a mitigar el impacto de la pandemia en la economía", dice Andrea Enria, presidente de la Junta de Supervisión.
"Sin embargo, si la situación empeora en la línea del escenario severo, las autoridades deben estar preparadas para aplicar nuevas medidas para evitar un desapalancamiento simultáneo de los bancos, que podría profundizar la recesión y afectar gravemente a la calidad de sus activos y a sus posiciones de capital", explica el mandatario.